Referentes | Iván ‘El bebé’ Rivas
Las lecciones aprendidas en el fútbol
Entrevista publicada en el EL FUTBOLISTA (No. 17) Revista oficial de ACOLFUTPRO
Para el futbolista bogotano Iván David Rivas Mendoza el fútbol ha sido como una montaña rusa: tuvo que hacer la fila pacientemente hasta que llegó, se montó emocionado y comenzó a subir. Sin embargo, cuando llegó arriba cerró los ojos y empezó a bajar a gran velocidad; y así, una y otra vez. Un sube y baja con muchos momentos difíciles, con errores y reflexiones, pero también con bastantes alegrías y satisfacciones. Así se resumen los 15 años de carrera deportiva del ‘Bebé’ Rivas, quien ha jugado en 11 clubes desde el 2006 y actualmente está vinculado con el Boyacá Chicó. “Mi mamá me decía el bebé de la casa, por ser el único varón entre tres hermanas, y por mi cara de niño cuando debuté”, explica el futbolista sobre el motivo del apodo que le ha acompañado en su carrera.
“Con altas y bajas me he mantenido, disfrutando del sueño que siempre tuve, que era jugar fútbol profesional”, dice Iván, quien agregó que han sido “15 años maravillosos, siempre agarrado de la mano de Dios, con un proceso lindo en la selección Bogotá infantil, prejuvenil, juvenil, para llegar luego al Bogotá Fútbol Club, que me dio la oportunidad de debutar en el 2006”.
Cerca de cumplir 34 años de edad, Rivas tiene hoy los pies bien puestos en la tierra y comparte con los lectores de EL FUTBOLISTA algunas de sus vivencias en el fútbol, haciendo una reflexión que espera que les sirva a todos sus colegas. Y es que Iván recuerda que en una época le cerraban las puertas en todos los clubes a los que llegaba. “Yo sabía que las puertas me las había cerrado yo mismo. Por mis locuras, aunque nunca he sido de indisciplina, pero sí por las actitudes que uno tiene, porque uno cree que va a tener 20 años toda la vida. Firmaba un contrato y me relajaba”, confiesa.
¿Cómo llegó a ser futbolista profesional?
En la infancia tuve problemas con mi mamá y en el colegio por el fútbol. Lo mío era jugar y ella me apoyaba, pero también quería que estudiara. En la selección Bogotá me dijeron que tenía que obedecer a mi mamá y estudiar para poder ir a entrenar. Luego Bogotá F.C. puso una casa hogar en Galerías, donde yo vivía. Los muchachos iban al parque donde yo me la pasaba jugando micro y allá ellos me decían que fuera a probar allá. El técnico era Juan Carlos Gruesso y cuando fui preguntó ¿quién es delantero? Levantaron la mano como mil (risas). Luego dijo: ¿quién es lateral? y yo levanté la mano, aunque no era lateral. Me fue bien ahí, don Ferney me vio, confió en mí. Todo fue muy rápido, me hicieron contrato y me pagaban 250 mil pesos. Estaba jugando micro un fin de semana y al siguiente fin de semana estaba en un equipo profesional.
Me fue tan bien de lateral, que me llevaron a la selección Sub-20 en esa posición con el profe (Eduardo) Lara. Yo era muy malo para marcar, tenía mucha salida. Me enseñaron a marcar, me dijeron que no siempre tenía que salir. El primer año jugué de lateral y después, cuando tenía más confianza, hablé con don Ferney pedí que me pusieran de volante o de delantero. Jugué de diez porque teníamos otros delanteros y al año siguiente ya pude jugar en mi puesto natural.
Iván Rivas debutó como profesional en el 2006, con el Bogotá F.C., de la Primera B. Foto archivo particular.
¿Qué pasó con la selección Sub-20?
Es algo que me ha dolido mucho, porque dejé pasar es oportunidad, no aproveché más allá de que no jugaba en mi posición. Fui llamado a varios microciclos, pero el mismo profe Lara me dijo un día, “ya dejaste pasar la oportunidad”. Estuve con jugadores como David Ospina, y otros que hoy están en la de mayores. Fue falta de mentalidad, falta de compromiso. Luego vinieron tiempos duros, porque me quedé sin equipo cuando salí del Depor. Fue complicado, tuve que volver al fútbol aficionado, muy duro para, porque fue volver a empezar. Recuerdo que fui a probar al Real Cartagena, Huila, Tolima y me dijeron que no. Jugué con Monaguillos, acá en Bogotá, jugaba torneos aficionados y quedaba goleador.
¿Cómo consiguió que le dieran la oportunidad en La Equidad?
Me fui a vivir al norte con mi mamá, cerca de la sede de La Equidad y me enteré de que el profe Alexis (García) jugaba partidos con los profes y un día me invitaron a jugar allá. Fui a varios partidos y un día me decidí a pedirle la oportunidad de entrenar sin compromiso. Me dijo que entrenara con el profesor ‘Chonto’ (Herrera). Me inscribieron en el torneo de la Primera C, quedé goleador como con 35 goles, jugué el torneo del Olaya con La Equidad. El profe ‘Chonto’ le hablaba de mí al profe Alexis y en el 2011 me citaron con el equipo profesional.
Rivas jugó entre el 2011 y el 2014 con La Equidad.
¿Cómo le fue en su estreno en la primera división?
Era como otro mundo, recuerdo que debuté en un partido contra Nacional. Luego, creo que cometí un error, que cometen muchos jugadores, que cuando firman un contrato caen en una zona de confort. Alexis me dijo, usted firmó y se relajó. Recuerdo que me ‘mochó’ 15 fechas. Luego senté cabeza, me puse las pilas, con la misma hambre que cuando empecé. Todo eso lo tengo muy presente, esos jalones de orejas me sirvieron mucho. Me volví a ganar el puesto, me metí en ‘la fiesta’ y ese año jugamos la final contra Nacional, que perdimos en penaltis.
Los momentos más difíciles
Iván estuvo en La Equidad tres años y salió en el 2014. Después tuvo un breve paso por Santa Fe y el Cúcuta, donde fue testigo de situaciones muy duras entre sus compañeros, debido a los incumplimientos en los pagos. “Tuve compañeros que literalmente no comían. Si almorzaban, no cenaban. Vi compañeros que se desmayaron en el entrenamiento porque no habían comido el día anterior”, dijo Rivas, quien salió del Cúcuta y de nuevo enfrentó la dura prueba de quedarse sin equipo.
Rivas tuvo un paso fugaz por el Santa Fe en el 2015 con el que ganó el titulo de la Superliga.
¿Qué pasó luego de su salida del Cúcuta?
Yo vivía una vida en la que malgastaba mucho dinero, no ahorraba. La prueba fue dura ya que estuve todo el 2016 sin jugar. No tenía recursos, mi esposa estaba embarazada de mi tercer hijo. Los fines de semana yo tenía que jugar varios torneos aficionados en Bogotá, jugué el torneo del Tabora y otros en Cundinamarca, donde era goleador y marcaba diferencia. Ya conocía de Dios y le aprendí que uno no tiene que forzar las cosas. Llegó julio, no salía equipo, pero estaba más tranquilo. Sabía que mis hijos necesitaban comer y nos tocó salir del apartamento, vendimos el carro, tenía muchas deudas. Todo por la vida desordenada, en materia financiera. Uno no puede gastar más de lo que gana.
Rivas, con la camiseta del equipo Nacional de Eléctricos, con el que disputó el Torneo del Tabora en el 2016.Archivo particular.
¿Por qué cree que se le complicó tanto el conseguir equipo?
Probé aquí y allá y me decían que no. Me cerraban las puertas, pero sabía que las puertas me las había cerrado yo mismo. Por mis locuras, aunque nunca he sido de indisciplina, pero sí por las actitudes que uno tiene, que uno cree que va a tener 20 años toda la vida. Firmaba un contrato y me relajaba.
Al fin le abrieron las puertas
En noviembre del 2016 apareció un empresario que llevó a Iván Rivas a México, pero no le cumplió y lo abandonó a su suerte. Estando allá se enteró del inesperado ascenso de Tigres y decidió escribirle al técnico John Bodmer para pedirle una oportunidad. “Él me contestó: Iván preséntese el 4 de enero, sin compromiso”, recordó.
Rivas jugó 32 partidos con Tigres en el 2017, en la primera división.
¿Y aprovechó la oportunidad?
Sí, llegué con otra mentalidad, más aferrado a Dios. Con dos amistosos que jugamos me quedé en el equipo y jugué todo el año. Estaba contento, no ganaba mucho, pero estaba feliz porque volvía a jugar. Yo sabía que mi situación iba a cambiar, estaba más enfocado. Luego Tigres descendió y yo salí, pero llamaron de Patriotas donde quedé de segundo goleador, después de Ezequiel Cano, en el primer semestre. Hice contrato por dos años con Patriotas, pero yo sabía que venían cosas más grandes. Incluso arrendé una casa solo por cuatro meses y así fue, jugué cuatro meses con Patriotas, me fue muy bien y ahí me salió lo del Junior.
Definitivamente, una carrera con muchos altibajos…
Las primeras veces digo que fue por culpa mía, por mis malas decisiones, mis acciones. Pero lo del 2016 fue una prueba, a ver si había aprendido la lección. Con altibajos, sí. Pero siempre tuve la satisfacción de superarme.
Después de vivir todo esto ¿qué mensaje les da a los futbolistas?
A los jóvenes: que no dejen pasar las oportunidades, que den siempre lo mejor de sí mismos, que no se conformen con firmar un contrato y que siempre aspiren a más. Miren los jugadores élite y sueñen en ser como ellos. Y a los jugadores de más recorrido, que nunca es tarde para cumplir sus sueños.
‘El profe Rivas’ se prepara para ser DT
Iván Rivas tiene claro que su futuro en el fútbol será como director técnico, por eso desde hace varios años comenzó a buscar cursos, diplomados y todo tipo de capacitación sobre el tema. “Me llena porque tengo el espíritu de técnico. Algunos compañeros me dicen ‘El profe Rivas’ y es que soy muy temperamental cuando estoy en la cancha, soy muy exigente conmigo mismo y con los compañeros”, reveló Rivas, quien realiza el curso promovido por ACOLFUTPRO y la Universidad San Buenaventura Sede Cali, para optar por la licencia combinada B y A ante la FCF y diseñado especialmente para futbolistas y ex futbolistas de extensa trayectoria.
¿Cómo le ha parecido el curso?
Muy bueno, todo muy bueno. Los profesores: 10 puntos. Vemos psicología, que me gusta mucho porque uno como futbolista a veces se mete muchas cosas en la cabeza. Son muchos aprendizajes, como el manejo de la prensa y otras cosas que uno va aprendiendo para el manejo de grupos, que es algo muy complejo.
¿Por qué estudiar para técnico?
Mira que antes de hacer este curso, yo había ayudado a algunos amigos que tienen escuelas de fútbol. Es que lo llevo adentro, por eso quiero aprender mucho, conocer el trabajo de muchos técnicos. Ya lo tenía decidido y la verdad no me veo haciendo otra cosa.
«ACOLFUTPRO hace un trabajo muy bueno y me siento muy agradecido por los beneficios que nos dan. Uno se siente arropado, no se siente aislado, cuando a uno se le presenta alguna situación uno acude a la agremiación y siempre están listos para ayudar, para guiarnos. Ahora hay que sumarle lo que están haciendo con los auxilios para estudiar y los descuentos con los convenios. Hay directivos de equipos a los que les molesta esto, pero es un gran apoyo para nosotros y nos permite estar más tranquilos para estas situaciones que se presentan».
Iván Rivas
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