«No es solo patear un balón: el fútbol es mental, es de emociones»: Hernán Pertuz
El futbolista barranquillero sabe mejor que nadie que el fútbol es como una montaña rusa, en la que hay picos altos y bajonazos muy fuertes. Es por esto que, en charla concedida a la revista EL FUTBOLISTA de ACOLFUTPRO, nuestro compañero quiso compartir un emotivo testimonio que pocas personas conocían sobre una profunda depresión que vivió y que le llevó a pensar en quitarse la vida.
El defensor que hoy juega en el Cúcuta Deportivo hace un llamado a los futbolistas que sufran este tipo de situaciones para que busquen ayuda profesional y a los clubes para que se preocupen por la salud mental de sus planteles.
Más allá de esto, Pertuz califica con un 10 su carrera, porque se ha divertido y la ha disfrutado al máximo. En el futuro, quiere seguir vinculado al fútbol y por eso estudia Gestión Deportiva, con el apoyo del fondo de educación de ACOLFUTPRO.
La noche del miércoles 18 de mayo del 2008 quedó grabada a fuego en la mente de Hernán Pertuz, quien tuvo un debut especial en el que desde el primer minuto tuvo que aprender a sobrellevar la presión que se vive en el fútbol ante los malos resultados. Más de 17 mil hinchas llegaron al Atanasio Girardot para vestirlo de rojo y azul y alentar al Independiente Medellín, que venía muy golpeado con tres derrotas en cuatro partidos y que había comprometido su clasificación a los cuadrangulares. No era un partido más.
Hernán había llegado en enero al cuadro ‘poderoso’, junto al cartagenero Ayron Del Valle, y venía trabajando con mucha dedicación esperando esa oportunidad, la que se le dio justo para el encuentro definitivo, favorecido por la baja obligada de Bélmer Aguilar, quien había sido expulsado en el partido anterior. El técnico Juan José Peláez le dio la confianza, lo preparó mentalmente y le dio la posibilidad de ser titular al barranquillero que venía de ser elegido en el 2007 como el mejor jugador del campeonato juvenil que disputó con la selección Atlántico.
Aquella noche Pertuz jugó los 90 minutos y no desentonó junto a Andrés Felipe Ortiz en la pareja de centrales. El DIM vapuleó al Tolima de Hernán Torres con un contundente 4-1 y el equipo y el cuerpo técnico pudieron respirar. “¡Clasificamos a los cuadrangulares!”, recordó Pertuz, quien relató que también jugó el primer partido de esa fase contra el Quindío, en Armenia, porque a Belmer le dieron dos fechas. «Y voy allá y ese equipazo que tenía el Quindío: con ‘Champeta’ Velázquez, Danny Santoya, Luis Omar Valencia, imagínate y, claro, yo con ese temor, porque eran ya en finales. Gracias a Dios, sacamos un empate (0-0) me fue súper bien”, dice.
Así fue el comienzo de la aventura en el fútbol profesional para Pertuz, quien, para el segundo semestre con Santiago Escobar como D.T., se consolidó como titular junto al paraguayo Daniel Sanabria. Sin embargo, se perdió varios partidos porque fue convocado por Eduardo Lara para los microciclos de la selección Sub-20 en la que le iba bien y tenía el puesto fijo para el Sudamericano de la categoría que se disputaría en Venezuela en enero del 2009.
Pertuz recuerda que estar con la selección juvenil le impidió jugar su primera final como profesional, la que el DIM jugó contra el América de Cali. “Resulta que no me prestaron para jugar el partido y yo estaba con la selección Colombia y me tocó ver esa final desde la tribuna del Pascual Guerrero, porque estábamos concentrados en Cali… Fue durísimo, yo decía, ¿es en serio esto del fútbol así, jugar titular todo el semestre y en perderme la final? Bueno, igual lo acepté y pues tenía que representar mi país”, dijo.
Han pasado casi 17 años desde aquellos inicios de Pertuz en el fútbol profesional, sin embargo, el defensor barranquillero, oriundo del barrio El Carmen, recuerda con mucha claridad sus inicios en el torneo de la Virgen del Carmen con el club la Escuela de Fútbol Ericson, en el que jugaba como ‘volante diez’. También recuerda con mucho agradecimiento como su vecino, Alfonso Cabarcas y su tío, Jaime Ortega, fueron quienes lo apoyaron y lo impulsaron a que se vinculara al Club Llantería Muñoz, con el que empezó a competir a nivel nacional. Después jugó con el club Atlético Colombia, donde comenzó a destacarse y a ser tenido en cuenta en las diferentes categorías de la selección Atlántico, con el técnico Alex de Alba, quien lo bajó a la posición de ‘volante seis’.
Por recomendación de Agustín Garizábalo, Hernán estuvo en el Deportivo Cali, pero allá no tenía cabida y le dijeron que ya tenían a Germán Mera, un central que jugaba por su perfil y que lo iban a ceder al Popayán. Hernán no aceptó y prefirió devolverse a su casa. Por esos días había fallecido una de sus tías, quien lo había apoyado mucho desde su niñez, por lo que estuvo a punto de dejar el fútbol y hasta tenía todo listo para iniciar sus estudios de odontología en la universidad San Martín. “Es que ese momento me pegó muy duro. Pero mi mamá siempre me motivó, me dijo: ‘Hijo, lucha por lo que tú realmente quieres en la vida, independientemente de los obstáculos que tengas’”.
Así fue como Pertuz se motivó para buscar una posibilidad en el Junior, que también lo tenía en su radar por sus destacadas participaciones con la selección Atlántico, sin embargo, allí tampoco había mucho espacio para procesos con juveniles por lo que debería comenzar en el Barranquilla F.C., el equipo filial de la Primera B. Ya tenía fecha para iniciar en enero del 2008 pero su destino estaba lejos de casa.
“El 31 de diciembre, me acuerdo que me ya estaba listo para la fiesta y entra la llamada y me dicen que si me quería ir al Medellín. Yo no lo dudé, dije que sí porque directamente iba a llegar al equipo profesional, que en ese momento era dirigido por Juan José Peláez”, contó Pertuz.
EL FUTBOLISTA: Ya son casi 17 años como profesional. De 1 a 10, ¿cómo califica lo que ha sido su carrera futbolística y por qué?
HERNÁN PERTUZ: De 1 a 10. Yo diría que 10 porque la he disfrutado, no la he visto realmente como un sacrificio. Independientemente de que uno se pierde fechas especiales, se pierde de compartir muchas cosas con la familia, con los hijos, entonces, al final estamos haciendo algo que nos gusta. Entonces yo lo califico con un 10 porque he disfrutado realmente toda mi carrera, independientemente los momentos negativos que he pasado en los diferentes equipos. Pero es que esa es la esencia del fútbol, ¿no? Y ese es el mensaje que yo le transmito a los compañeros que tengo actualmente en el Cúcuta: que se diviertan, que vivan el momento, que un uno cierra los ojos y ya se acaba la carrera.
¿Ya ha visualizado ese esa transición cuando tenga que dejar el fútbol activo? ¿Ya tiene planificado algo al respecto?
Bueno, te cuento cuando sufrí la lesión de la rodilla en el 2019 en el Medellín se me despertó el espíritu de estudiar. Unos amigos me motivaron a que estudiara, me hicieron ver que existe una vida después del fútbol y que uno no se puede quedar estancado. Me dijeron que estudiara cosas sobre fútbol porque realmente sería mucho más fácil cuando termine mi carrera para conseguir un trabajo. Yo no me veo como entrenador, me veo más en la parte administrativa, la parte de gerencia. Entonces empecé con un diplomado de alta gerencia deportiva, otros cursos de táctica y estrategia del fútbol, hasta de nutrición deportiva hice. Luego empecé con la UNAD la carrera de gestión deportiva, gracias a ustedes (a ACOLFUTPRO). También tengo un emprendimiento… Ya tengo cosas adelantadas, sea en Barranquilla o en Medellín, porque realmente lo he pensado muy bien, me he visualizado después del fútbol y ya me estoy preparando para eso.
El partido más difícil de su vida
“Yo decía: ya no quiero vivir más”
Hernán Pertuz quiso compartir con EL FUTBOLISTA un testimonio que, hasta ahora, solo había tratado en su círculo de amigos más cercanos. Y es que nuestro compañero espera que esto le de ayuda a todos aquellos futbolistas que han vivido situaciones delicadas de salud mental para que busquen apoyo y no traten de sobrellevarlas solos.
Pertuz vivió este difícil episodio en el segundo semestre del 2018, varios meses antes de la grave lesión de rodilla que sufrió en febrero del 2019. Este es su testimonio:
“Antes de mi lesión, empecé a tener pensamientos de suicidio. Yo sentía que ya había vivido todo lo que tenía que vivir, ya había ayudado a todo lo que tenía que ayudar. Entonces si yo iba en mi carro quería chocarme, quería tirarme por un abismo. A veces, estaba en la casa y quería coger un cuchillo…
Empecé a sentir esos pensamientos de suicidio. No sé si era porque estaba viviendo un mal momento familiar o porque las cosas con el Medellín a veces no salían. Todo eso me cargó yo decía ya no quiero vivir más, ya estoy cansado del fútbol, ya no quiero saber nada. Fueron momentos duros. Recuerdo que teníamos partido con el Chicó y salté en una última jugada y caí sobre mi espalda. Los médicos me dijeron que me salvé gracias a Dios, pues estaba caminando. Y en ese momento caí en cuenta lo que yo pensaba le pedí a Dios que me recogiera que ya. No quería vivir más y se lo pedía con una fe impresionante. Me recuperé y unos meses después, me viene la lesión de la rodilla.
Yo en el momento me apoyaba mucho en mi pareja, pero yo sentía que ella pensaba que era mentira lo que yo sentía. Son pocas personas las que saben de esta historia… Es que soy muy callado, no me gusta ventilar mi vida personal, pero a las personas que a veces siento que lo necesitan se la cuento para que realmente valoren la vida, valoren los momentos…
Me operaron y me querían volver a operar porque no había hecho una buena recuperación. ¿Y todo por qué? Por mi pensamiento. Le decía a la ‘fisio’, ayúdame a caminar, pero no quiero jugar más fútbol. Ella me decía: ‘No, no, no. Dale, que yo te recupero, yo te ayudo” … Ahora le agradezco porque gracias a ella, que me ayudó en el momento más duro de mi carrera, me motivó a diario y me ayudó a volver a jugar. Desde ahí me aferré a Dios. Realmente vi que Dios existe y, gracias a él, aquí estoy jugando”.
«Se deben comunicar»: el llamado de Pertuz a los futbolistas que viven situaciones de salud mental
“A todos los colegas que estén pasando por una situación similar o estén pasando por algún problema de salud mental, deben hacérselo saber o comunicárselo al equipo, a la institución. Es muy importante ir de la mano de un psicólogo que nos pueda ayudar a pasar este obstáculo y esos pensamientos negativos que constantemente llevamos. El fútbol no es solamente patear un balón, el fútbol también es mental, es de emociones. Así que a todos los invito a que no se queden callados y que comuniquen su estado de ánimo diario porque quedarse callado reprime un poco más”.
Los equipos deben interesarse: el llamado a los clubes
“Existen equipos que manejan la parte de psicología siempre en su staff, pero hay otros que solo lo llevan cuando están pasando alguna dificultad y no debería ser así. El psicólogo debe trabajar desde el inicio de pretemporada, igual que el médico. Se necesita constantemente porque el fútbol es de emociones y hay situaciones que vivimos internamente en casa que no podemos combinarlas. Hay días que te levantas con el pie izquierdo, llegas al lugar de trabajo y no puedes combinar eso. Entonces ahí es donde trabaja la parte de psicología. Es una parte muy importante y ha sido descuidada. Qué bueno sería que desde el inicio se tenga un psicólogo que trabaje de la mano de los jugadores. Para que te ayude a la toma de decisiones, al nivel de atención, a cómo ser realmente un ser humano en la vida, no solamente en la cancha”.
Tras la recuperación vino un nuevo reto
Un año y 13 días después de la grave lesión, Pertuz volvió a tener minutos con el Medellín. El técnico paraguayo Aldo Bobadilla lo alineó como titular en el clásico contra Nacional, el 22 de febrero del 2020. Ese fue su último juego con la camiseta del DIM, pues tres semanas después el campeonato se suspendió por la pandemia y su contrato finalizaba el 30 de junio.
EL FUTBOLISTA: ¿Qué pasó cuando se recuperó de la lesión?
HERNÁN PERTUZ: Salí del Medellín, hicieron recorte. Luego el profesor ‘Piscis’ Restrepo me llamó desde Costa Rica para que fuera allá. Pero era para jugar en cancha sintética y preferí esperar. Después por ahí se mencionó que Águilas y a varios equipos de acá, pero al final nada, nada. Lo peor es que después de que me recuperé los equipos me rechazaban. Fui a Santa Marta, al Unión Magdalena, que fue el equipo contra el que me lesioné y el médico dijo que no. No me dio el aval para para quedarme allá. Hoy en día, él le pregunta el médico del Cúcuta. ¿Usted cómo hace para para que Pertuz juegue? Y el médico le dijo: “Pertuz es un profesional y él se cuida y él sabe lo que tiene que hacer con su rodilla…” Yo me fui a jugar a Venezuela en Deportivo La Guaira y me dio la oportunidad de demostrarle a las personas y a mí mismo, que realmente estaba bien y que las puertas se podrían abrir en otros lugares; así ocurrió en el Deportivo Pasto, donde el médico (Oscar) Casabón me dio la oportunidad de seguir mi carrera y también estoy muy agradecido con él, es muy buen amigo. Después llego al Cúcuta.
¿Cómo ha sido la experiencia en la Primera B? ¿Fue un cambio muy brusco o cómo lo ha vivido?
La verdad es que no es fácil porque estaba acostumbrado al ritmo de la A, donde quizá algunos son los equipos que son intensos, físicamente. En la B todos los partidos son duros, todos los partidos son intensos físicamente porque en la B hay muchos jugadores jóvenes y se preparan para eso. La transición no fue nada fácil. Pero bueno, la experiencia me dio la oportunidad como de acomodarme lo más rápido y poder entender realmente dónde estaba. Aparte, acá en la ciudad de Cúcuta, se vive el fútbol de una manera muy especial porque todo gira alrededor del Cúcuta. Si ganamos, la ciudad está contenta, pero si el equipo tiene un resultado negativo se siente la ciudad opacada, sin ánimo, desmotivada.
¿Qué opina de que la Primera B no tenga descenso y no haya una Primera C con ascenso?
Si en Colombia existiera una Primera C el fútbol de la B sería más competitivo. Hay muchos equipos que arman su equipo solamente por participar, porque saben que no hay un descenso. Yo considero que debería existir una Primera C. Para que el torneo de la B fuese más competitivo y lógicamente el fútbol colombiano agarraría mejor nivel.
¿Cree que esa presión influye, afecta al grupo en su rendimiento?
Ya después de tener un año y medio acá le digo que sí … Me he dado cuenta de que el equipo está conformado por muchos jugadores jóvenes, es la primera vez que están viviendo toda esta experiencia. Quizás esa presión le pueda estar haciendo daño, porque no saben cómo vivirla, están pensando es en lo que pueda pasar después del partido sin saber qué resultado puedas conseguir en ese momento. Eso está afectando mucho el rendimiento del equipo.
¿Y qué opina de que los hinchas del Cúcuta, como ocurre en otras ciudades, agredan y amenacen por los malos resultados?
A ellos los motiva actuar de esa manera, quizás el sentimiento que llevan. El amor que le tienen a esta institución. Pero yo estoy en contra de eso, porque para conseguir resultados positivos, tenemos que estar unidos. Y cuando existen este tipo de cosas, lo que hace es abrir la brecha donde se empiezan a separar y el objetivo se va perdiendo. Decirles que el fútbol es un juego donde tú puedes ganar, puedes perder y tienes que estar preparado para esas situaciones. La violencia no te va a llevar a conseguir un resultado positivo.
Viendo esta nueva generación de futbolistas, ¿qué cree que deberían mejorar?
Creo que se saltan procesos y no les dan las herramientas para tener una base. Cuando tú llegas al equipo profesional, allá no te van a enseñar a parar un balón, a hacer un pase, no. Se supone que cuando tú llegas ya debes tener esa base de fundamentación y yo he visto últimamente que se saltan esos procesos. Entonces hay muchos jugadores que por el afán de llegar a ser profesionales llegan y tú ves que no juegan ni un año, ni seis meses y terminan perdidos. Se pierden jóvenes con un talento impresionante.
¿Qué opina de la labor de ACOLFUTPRO?
¡Para mí, excelente! Ustedes han sido un apoyo, un soporte para nosotros, siempre que lo hemos necesitado, ustedes están presentes. No es fácil, no ha sido fácil para ustedes sentarse o pedir una negociación, han llevado del bulto, como se dice. Van en ese proceso, todavía faltan muchas cosas, pero hasta el momento todo lo que han hecho para mí ha sido súper bueno. Ustedes han luchado, están luchando y yo sé que van a seguir luchando para que nosotros los futbolistas tengamos una mejor calidad y no seamos vistos como un trapo viejo… La carrera del futbolista es muy corta y tenemos beneficios como los que ustedes nos brindan en el estudio, la salud, la odontología, tenemos hasta un seguro de vida que ustedes nos facilitan. Todo eso tenemos que aprovecharlo.
Nosotros a veces solamente pensamos en cómo patear el balón, pero no sabemos cómo está un contrato, cómo está la Seguridad Social, todas las prestaciones y todo eso. Antes éramos jugadores de fútbol, ahora somos unos trabajadores y eso es gracias a ustedes, que han luchado constantemente.
¿Cuál sería su mensaje como referente para los futbolistas de Colombia?
Puede sonar como frase de cajón, pero les digo que hay que darlo todo cada día como si fuese el último. En cada partido, cada día, cada entrenamiento. Divertirse porque la vida es una sola y la carrera del fútbol es demasiado corta. Que estudien porque después del fútbol existe una vida y tenemos que estar preparados. Y que disfruten de esta hermosa carrera que es única.