Referentes | Juan Sebastián Duque
El portero bogotano habló en la edición 23 de EL FUTBOLISTA sobre su trayectoria y sobre la situación actual de los futbolistas profesionales en Colombia: “Tenemos que darle a nuestra profesión el valor que merece”, dice el hoy portero del Real Cartagena.
Juan Sebastián Duque es un portero bogotano que lleva más de 12 años en el fútbol profesional y que casi toda su carrera la ha hecho en equipos del torneo de la Primera B. Reconoce que no tiene la estatura ideal para un portero, pero que pese a eso ha luchado y perseverado para mantenerse y seguir luchando por su sueño de jugar y consolidarse en un equipo de primera división. Destaca el trabajo de ACOLFUTPRO y el cambio que ha tenido el fútbol profesional gracias a la agremiación. Está a punto de graduarse como administrador de empresas y en el futuro espera trabajar en el fútbol a nivel dirigencial.
El portero bogotano recuerda cómo sorprendió a todos en casa cuando les dijo que quería ser futbolista profesional. Su familia no tenía ningún arraigo deportivo y ellos esperaban que fuera profesional, pero en el derecho, en la arquitectura o en alguna ingeniería. Recuerda que su papá quedó un poco confundido, pero al tiempo destaca que fue él quien lo apoyó y lo impulsó para que pudiera cumplir su sueño.
En el colegio también causó revuelo. “Yo estudié en el Gimnasio de Los Cerros y decir que quería ser futbolista fue un poco complejo. Allá no era tan común que salieran deportistas, pero también debo decir que el colegio siempre me apoyó, de hecho, en los últimos años me dieron flexibilidad académica para poder cumplir con los entrenamientos en mi club que era Academia Compensar”, recuerda Duque, quien resalta que él abrió la puerta para que se cambiara esa visión. “Me he enterado de que en el colegio ahora se apoya a quienes quieran ser deportistas de alto rendimiento o artistas en cualquier campo, eso es muy importante… Hoy vivo muy orgulloso de haberme graduado allí”.
Duque arrancó en la escuela Churta Millos, pasó a Academia Compensar, donde tuvo la posibilidad de ascender al equipo profesional que jugaba en la Primera B y allí fue donde firmó su primer contrato como futbolista profesional. Su proceso siguió en Millonarios, donde estuvo cerca del primer equipo y fue el tercer arquero del equipo campeón del 2012-II, dirigido por Hernán Torres. Sin embargo, la abrupta salida del técnico tolimense al año siguiente, también hizo que tuviera que buscar nuevos horizontes.
Luego vino su momento en Fortaleza CEIF en el 2015, donde tuvo continuidad y consiguió el ascenso en el 2015, por lo que tuvo la posibilidad de debutar en primera división en el 2016.
En Fortaleza estuvo tres años y luego tuvo un paso por Valledupar, estuvo en Santa Fe, pero no pudo ser inscrito; pasó a Llaneros y actualmente es el portero de Tigres, que lucha por regresar a la primera división.
“Todo lo que soy como persona me lo ha dado el fútbol”, dice Juan Sebastián, quien hoy tiene 29 años y está cerca de graduarse como administrador de empresas, carrera que estudia de forma virtual y cuya matrícula costea con el auxilio que recibe del fondo de educación de ACOLFUTPRO.
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EL FUTBOLISTA: ¿A quién recuerda especialmente en este proceso para llegar al fútbol profesional?
Yo estuve en muchas selecciones Bogotá, tuve muchos entrenadores como Juanito Moreno, Orlando Betancourt, quienes hicieron parte de proceso formativo y en Academia Compensar, pues estuve con Arturo Reyes. Esas tres personas fueron las que más me inculcaron que podía seguir porque yo no tengo una estatura, digamos normal, para la posición. Soy bajito para ser arquero, mido 1,83, pero en la cancha me veo como de 1,80 (risas).
JUAN SEBASTIÁN DUQUE: ¿Cuál fue la clave para lograr ese sueño de ser futbolista?
Siempre fui muy, muy disciplinado, muy perseverante, porque tuve momentos difíciles por el tema de mi estatura, por el tema de la posición, que es una oposición que requiere mucha paciencia. Pero creo que lo más importante en esto y hablo a nivel muy personal, es la perseverancia, porque tuve compañeros que de pronto en el proceso tenían un poco más de proyección, pero no llegaron. Gracias a Dios, yo he tenido la fortuna de llevar ya 11, 12 años jugando, consolidándome, ganando experiencia. He sido protagonista en los equipos donde estado, sobre todo en la B y, he dejado huella, y creo que eso es lo más importante para la vida de uno. Pero lo más importante en esto es la perseverancia y obviamente el amor al trabajo y al fútbol, que al final es una profesión y uno la dignifica como lo que es.
¿Qué ha sido para usted lo mejor en su carrera, que es lo que le hace decir: valió la pena ser futbolista?
Bueno, creo que ver el crecimiento personal que he tenido, no solo digamos a nivel deportivo, sino como persona. A donde he ido, he tratado de aprender, de conocer. Por ejemplo, yo viví un año en Valledupar, que es totalmente diferente a Bogotá. Entonces es otro mundo, pero me da gusto ver la aceptación de la gente, eso te da madurez. Y bueno que todo, todo lo que yo soy como persona y me lo ha dado el fútbol y es algo por lo que yo siempre voy a estar agradecido. Sé que me falta mucho, mucho más camino, muchas metas por alcanzar. Creo que donde he estado he dejado el legado de ser un buen profesional y una buena persona. Y creo que eso tiene más valor que cualquier cosa.
¿Y qué ha sido lo más difícil para usted en este camino?
Bueno, yo creo que lo más duro a nivel personal es que he tenido ese lunar que me ha cerrado de pronto algunos caminos en algún momento, que han generado cierta duda porque el tema de la estatura en el arquero es fundamental, pero digamos, yo siempre entendí que era algo que yo no podía controlar. Yo podía controlar mi agilidad, mi velocidad, mi peso, mi fuerza. Pero el tema de la estatura, pues no es algo que yo no puedo controlar. Entonces tenía que aprender a vivir con eso, aprender a asimilarlo y tratar de buscar otras armas con las con las cuales pudiera marcar diferencia y solventar un poco ese tema de la estatura, justamente como lo hice.
¿Cómo ha compensado eso?
Yo considero que más que la fuerza, tengo velocidad, saberme ubicar de no estar, digamos, si yo no soy un arquero que haga atajadas espectaculares, sino soy un arquero que trata de ser fiable, de no cometer errores, de sacar el arco en cero, de comunicar mucho. A lo largo de mi camino he tratado de ser un líder positivo en los equipos donde he estado, no solo en la cancha, sino a nivel personal. Yo trato de comunicar a los más jóvenes que estudien que se preocupen por su bienestar.
¿Cómo ha visto la evolución del futbolista como trabajador?
En la B son los casos más complejos que he vivido. Cuando comencé en Academia, tuve que viajar en bus, viajes largos, pero era algo normal. Eso ha cambiado mucho, antes uno podía durar cinco, seis meses sin pago y no pasaba nada. Lo viví cuando jugué en Llaneros, con la administración anterior. Pasamos mucho tiempo sin sueldo, que hasta la agremiación nos apoyó con mercados. Eso es algo que ha cambiado mucho y eso hay que recalcarlo a los jóvenes. Ellos hoy protestan porque el equipo tuvo que hacer una escala de dos o tres horas, pero nosotros hace 10 años en Valledupar, viajábamos en bus dos días. Eso es totalmente diferente ahora, las condiciones como trabajador nos da las posibilidades de enfocarnos más en el fútbol. La agremiación nos da facilidades de estudiar, con el auxilio de educación, es algo que antes no existía. Hoy el fútbol es algo totalmente diferente a lo que era hace 10 o 15 años.
¿Qué opinión tiene del trabajo de ACOLFUTPRO?
La mejor, la mejor. No solo en la defensa de nuestros derechos para los temas laborales, sino que nos apoyan para mejorar nuestras condiciones. Ese apoyo, la asesoría sobre los contratos, creo que lo hace la agremiación es muy importante para nosotros. Poco a poco han hecho que el futbolista tenga el lugar que merece, porque esta es una profesión como cualquiera.
Usted ha jugado mucho en el torneo de ascenso, ¿cómo lo califica?
Creo que es un torneo muy competitivo. Diría que es muy parejo, lo que lo hace diferente al torneo de la A. Es muy cerrado, se clasifica por un gol, el último le gana al primero. Es un torneo que ha crecido mucho. A mi me tocó jugar en un estadio de béisbol. Se le ha dado más valor al torneo, que al final es un torneo semillero, muchas figuras de la liga han pasado por la B. Se han mejorado los estadios, hay más televisión. Yo mejoraría el tema de los horarios, es que no se puede jugar a las 2 de la tarde en Valledupar, en Barranquilla. Ahora se juega en buenas canchas y aunque hay mucho por mejorar, ha crecido mucho.
¿Qué opina que no haya descenso en ese torneo?
Eso también le daría un mayor estatus al torneo de ascenso. Si bien hay unos equipos que invierten y tratan de dar nivel, hay otros que no son tan competitivos, que solo están por participar. Da la sensación que hay clubes que no les importa quedar de últimos. A parte eso ayudaría a abrir más espacios para trabajar. Hay muchos futbolistas que se quedan sin la oportunidad de mostrarse y consolidarse, ya que en Colombia hay mucho talento por explotar.
Ya tiene 29 años, ¿cuánto más espera estar en el fútbol activo y con qué sueña?
La verdad no tengo una fecha límite. Disfruto el día a día, todavía disfruto madrugar a entrenar. Lo disfruto al máximo y sueño con jugar en primera división, pues creo que he hecho un gran camino en el torneo de ascenso. Algo que me llena de orgullo es que en todos los equipos que he estado hemos jugado las finales. Espero esa oportunidad, es un sueño personal, mostrar mi trabajo y consolidarme. Llevo la bandera de los porteros que no somos muy altos: es algo que se convierte en una carga para muchos niños y eso no es vida para nadie. Un referente a seguir es Leandro Castellanos, que yo digo si él pudo yo tengo que poder. Lo más importante es la perseverancia.
¿Quisiera aplicar en el fútbol sus conocimientos en administración?
Uno tiene que hacer algo que le guste le apasione. Por ahora no me ha picado el bichito de ser técnico, no es algo que me apasione. Algo que siempre me ha gustado es el tema deportivo obviamente, pero también la parte dirigencial. Siento que hay detalles que hay que cambiar y que uno puede ayudar. Me gustaría meterme en ese tema de la dirección deportiva. Es algo que me gusta. Es otra meta que tengo, ya en diciembre termino materias de administración de empresas en el Área Andina. Espero tener mi diploma, que es algo que uno sueña y trato de mostrar eso a los jóvenes. Me hubiese gustado tomar esa decisión antes, pero nunca es tarde. Siempre me le pego al gerente de los equipos, para que me enseñen cómo funciona todo. Me he empapado mucho de ese tema y siento que me gusta.
Basado en su experiencia ¿qué consejo les daría a sus colegas?
A los más jóvenes, que perseveren, que trabajen fuerte, que sean disciplinados. Sobre todo, que dignifiquemos nuestra profesión, que esta es una profesión como la de abogado, médico, periodista. Ya que tomamos esa decisión de ser futbolistas, tenemos que darle el lugar que merece, que nos vean y nos traten como profesionales. Con nuestras acciones, con nuestro día a día, nos encargamos de posicionar el fútbol y nuestra profesión, como un modelo a seguir. Hay que darle el valor que tiene ser futbolista. Yo hablo de dignificar la profesión con nuestro comportamiento fuera de la cancha. Uno no puede ser futbolista de 8 a 11 a.m., mientras dura el entrenamiento. Uno debe ser futbolista las 24 horas, tiene que ser puntual, vivir bien su vida. Qué chévere que digan ese es futbolista y es un caballero. Ese es el valor más grande. Qué bueno que por donde uno pasa digan, bueno de pronto es bueno, es malo, pero lo mejor es que allí digan, bueno, no era muy alto, no tapaba muy bien, pero era muy buena persona. Creo que eso tiene más valor que cualquier cosa.