El calendario, un problema de nunca acabar
Columna del periodista deportivo José Orlando Ascencio*, especial para EL FUTBOLISTA.
Es difícil encontrar otro campeonato profesional de fútbol en todo el mundo que programe la definición de su campeón en el mismo momento en que su selección nacional está en competencia. Y en eso Colombia es especialista.
La falta de planeación del fútbol local ha hecho que las definiciones de los torneos tengan que competir con importantes torneos internacionales, incluída la Copa del Mundo. La excusa, en muchos casos, fue que la Selección Colombia no participaba en ellos. Así, los campeones de 2002, 2006 y 2022 se definieron en medio de los mundiales.
En la prehistoria del fútbol profesional, tal vez, se entendía. Por ejemplo, el mismo día que Colombia lograba el histórico 4-4 contra Unión Soviética en el mundial de Chile 1962 hubo jornada en el país. Pero hoy, con calendarios universales coordinados, es impresentable que pase eso.
La excusa que plantean los defensores de este adefesio es que en otros países también se juega mientras las selecciones están en competencia. Y ponen como “ejemplo” a Argentina, la misma liga que acaba de cambiar sobre la marcha las reglas de juego y quitó un descenso…
En Colombia nunca se tiene en cuenta a los protagonistas del espectáculo, los futbolistas, y los ponen contra la pared a la hora de tener que elegir qué hacer, si irse con su Selección o quedarse jugando el torneo. La reglamentación los obliga a ir a la representación internacional. Algo que podría evitarse con un tema básico: despejar las fechas Fifa y no programar torneo local.
Sobrecargar de partidos el campeonato trae consecuencias nefastas. Primero, atentar contra su propio producto, que pierde visibilidad. Por ejemplo, el título del Deportivo Pereira en diciembre perdió repercusión en plena Copa del Mundo. ¿Se imaginan lo que hubiera sido el festejo sin Qatar 2022 de por medio?
Ese perjuicio al campeonato local también tiene que ver con la competencia. Nacional y Millonarios, que definían el ganador de la primera estrella a la hora de escribir estas líneas, perdieron cinco jugadores para disputar la final (Kevin Mier y Andrés Salazar, en Nacional, y Juan Pablo Vargas, Álvaro Montero y Óscar Cortés, en Millos). Eso es un problema para los entrenadores, que no pueden contar con sus mejores piezas. No le echen la culpa al seleccionador nacional, llámese como se llame: el calendario Fifa le da la prioridad.
La Liga colombiana juega hoy 54 fechas al año. Las europeas tienen 38 y hasta menos, como las 34 de la Bundesliga, lo que deja espacio para que las selecciones se preparen y para jugar las copas locales. Si acá pudieran programar fútbol todos los días, lo harían. Y lo han hecho, contando la segunda división.
No es tan difícil. El calendario de fechas Fifa se conoce con la suficiente anticipación como para no invadirlo. Es más, ya hay programación hasta ¡2030! La administración de la Dimayor y algunos clubes ya son conscientes del tema y han planteado cambiar el sistema del torneo. Pero hay otros presidentes amarrados a su terquedad y siguen dañando el producto. Por favor, un poco de sensatez.
P. D. Y como para alargar el mal ejemplo, se programó un amistoso de la Selección Colombia femenina, el de la despedida de su público en el país, casi a la misma hora de la final de la Liga masculina. Menos mal le quieren dar visibilidad al fútbol femenino…