Referentes | Hugo Rodallega

Referentes | Hugo Rodallega

“Es un orgullo decir que estos años de carrera han valido la pena”

Luego de 18 años de ejercer su profesión en las ligas de México, Inglaterra, Turquía y Brasil, el delantero vallecaucano Hugo Rodallega regresó a Colombia para aportar su experiencia, sus goles y especialmente para compartir su conocimiento con las nuevas generaciones de futbolistas frente a los retos que pueden enfrentar cuando van a jugar al exterior. Se siente muy orgulloso de lo que ha conseguido con su esfuerzo y el de su familia y confesó que quisiera jugar unas tres temporadas más. Reconoce que al volver encontró una liga más fortalecida, pero criticó duramente el arbitraje e hizo un llamado a los directivos para que se comprometan más para hacer sentir al futbolista como un profesional, al tiempo que alentó a sus colegas que cumplan su deber con un comportamiento ejemplar.

De Candelaria a La Candela

La cuota de sacrificio de Hugo Rodallega para alcanzar su sueño de ser futbolista y emular a su ídolo Faustino Asprilla, fue alta y empezó a pagarla de desde muy temprano. Con tan solo 13 años de edad, Hugo tuvo que dejar a su familia en Candelaria, Valle del Cauca, para mudarse a La Candela, sede del Boca Juniors de Cali, un club que ha sido cantera inagotable de futbolistas en la región.

“Fue difícil tanto para mí, como para mi mamá, a pesar de que era cerca, pero ella no podía tomar un bus para ir a visitarme. Fue una época difícil, pero tengo muy buenos recuerdos de eso”, aseguró Rodallega, quien recuerda que vivir en esa casa hogar le evitaba ese recorrido diario en bus, que hizo durante varios meses y además le servía para mejorar su dieta porque era muy delgado.

“Al principio tuve que llenarme de sueros, aminoácidos para poder embarnecer (risas). En La Candela podía tener mejor alimentación y podían controlarme esos tratamientos”, explicó.

Convencido de su talento, Hernando Ángel, dueño del club, decidió tenerlo muy cerca para empezar a pulir sus innatas condiciones de goleador, las mismas que en poco tiempo comenzaron a hacerlo popular. “Siempre me caractericé por ser goleador. Lo fui en la liga vallecaucana por dos o tres años seguidos”, recuerda Hugo, quien tenía claro desde muy pequeño que lo suyo era el gol y nada más. “Una vez un profesor me dijo que yo podría ser buen lateral derecho, que tenía buena llegada, buen centro… Yo dije que no”.

Su clave para sobresalir en Boca

El talento de este joven ‘killer’ hizo que se destacara en todas las categorías y por eso el profesor Pedro Nel Ospina decidió que alternara con el equipo de Primera C, teniendo tres o cuatro años menos que los jugadores de esa categoría.

“Fueron vivencias y aprendizajes hermosos en el club Boca Juniors, donde conocí personas maravillosas y jugadores con muchísimo talento, entre ellos Diego Chica, un gran compañero; Víctor Hugo Montaño, Avimileth Rivas… Fue inesperado para mí, pero ese grupo y el profesor me ayudaron mucho. Aprendí mucho, me brindaron ese apoyo para adaptarme y hacer parte de ese grupo”, relata Hugo.

Tenía un gran mérito lo hecho por Hugo en esa rápida escalada, pues no era fácil destacarse en una región donde salen muchos y muy talentosos futbolistas. Hugo reconoce que tenía un elemento clave que marcaba la diferencia: la disciplina.

“Creo que a veces, el que es más aplicado, más disciplinado, más serio y concentrado en lo que quiere, le lleva ventaja a otros, aunque tengan más talento o más virtudes como jugador”, subrayó Hugo, quien recuerda que tuvo muchos compañeros “con un gran talento, pero a quienes la vida personal no les ayudaba, pues su comportamiento fuera del campo de juego hacía que se desviaran del objetivo”.

Nuevamente Rodallega destacó la influencia de la familia en este aspecto. “Yo tuve la fortuna de tener una familia que siempre me disciplinó, que me enseñó que las cosas hay que ganárselas. Y todo este tipo de sacrificios hizo que yo pudiera sobresalir un poquito por la disciplina, porque talento había demasiado”, señaló.

Fichaje fallido en Nacional y debut con el Quindío

Cuando tenía 17 años, Hernando Ángel envió a Hugo a probar con el Atlético Nacional. Fueron cuatro meses viviendo en la casa hogar del club y entrenando bajos las órdenes de Juan José Peláez. “El profe Juan José estaba encantando conmigo, pero en ese momento no sé qué pasó entre presidentes, no llegaron a un arreglo y me dijeron que tenía que volver a Cali”, cuenta Rodallega, quien recuerda que volvió “muy aburrido” porque tenía mucha ilusión de jugar allí.

Al día siguiente, Hernando Ángel lo llamó para decirle que se tenía que presentar en el Quindío y que viajaría a Armenia ese mismo día junto a Iván Vélez y Efraín Cortés. “El técnico era Wálter Aristizábal, que no nos conocía, nos preguntó que quiénes éramos. Nos vio entrenar y al otro día nos llamó y nos dijo que nos quería llevar a jugar el partido contra Pasto”, recuerda Hugo sobre su primera convocatoria para un partido del fútbol profesional colombiano.

El debut de Hugo Rodallega fue el 22 de febrero del 2004, en el estadio Libertad, frente a unos 2.000 espectadores, en la fecha 3 de la Liga I. El Quindío había arrancado con dos derrotas al hilo y venía de caer en casa contra el recién ascendido Chicó. Aristizábal se la jugó y puso a Rodallega y a Iván Vélez como titulares. El delantero jugó el primer tiempo y el lateral, todo el partido.

“Tenía un ahogo… Ese día estaba muy nervioso, era mi debut en el fútbol profesional, pero recibí un apoyo muy importante, de alguien muy grande en el fútbol profesional, que fue Leonel Álvarez”, subrayó Hugo. “Él nos brindó mucha confianza, apoyo, decía que tranquilos, que jugáramos como si fuera un partido de nuestra categoría, que no pensáramos que era un partido profesional y que nos divirtiéramos. Eso me ayudó mucho ese día, pude jugar 45 minutos. No tuve una opción muy clara de gol, recuerdo que tuve un remate desde afuera, que pasó cerca”, afirmó.

El partido lo perdieron 2-1, pero ese juego quedó grabado para siempre pues fue el comienzo de la exitosa carrera del delantero vallecaucano, quien después siguió al pie de la letra el consejo de Leonel y se divirtió marcando 13 goles en los 31 partidos que jugó con el equipo ‘milagroso’.

Campeón y goleador en el Suramericano Sub-20

Los goles de Rodallega en el Quindío le sirvieron para ser tenido en cuenta por el técnico Eduardo Lara en los microciclos de la Selección Colombia Sub-20 que se preparaba para el campeonato a jugarse en el Eje Cafetero en enero del 2005 y en el que Hugo Rodallega salió como máximo anotador con 11 goles, una marca que le permite seguir como el máximo goleador histórico del certamen.

Fue una selección que hizo historia al terminar invicta para conseguir el segundo título de la categoría para Colombia, superando ampliamente a Brasil y a Argentina, que tenía a Lionel Messi. Además, eso le sirvió para clasificar por sexta vez a una Copa Mundial de la FIFA sub-20, que ese año se disputaría en Holanda.

EL FUTBOLISTA: ¿Qué es lo que más recuerda de esa selección?

HUGO RODALLEGA: Que todos llegamos con mucha madurez a ese torneo, todos teníamos cerca de 50 partidos como profesionales. Rendíamos, cada uno en su equipo, entonces cuando llegamos a la selección, con el buen técnico que teníamos y el buen grupo de jugadores, tuvimos éxito. Del Sudamericano recuerdo muchas cosas. Cantidad de anécdotas que se vivieron, el buen ambiente, el haber sido campeones. El poder decir que soy el goleador histórico de los suramericanos, porque eso todavía continúa, es una marca que se mantiene. Eso lo llena de orgullo a uno.

¿Usted dijo que era mejor que Messi?

Eso fueron los mismos argentinos que sacaron su polémica para tratar de desconcentrarnos o llamar la atención. Recuerdo que jugamos contra Argentina en Armenia y empatamos 1-1. Antes de ir al calentamiento íbamos por la zona mixta y estaban los periodistas y un argentino me preguntó: Hugo, te consideras mejor que Messi, le dije: “¡No! ¿Cómo se te ocurre? ¡Qué voy a ser mejor que Messi!”. Al otro día, en portada salió que yo había dicho: “Soy mejor que Messi”. Creo que fue en Olé.

¿Alguna vez habló con Messi sobre eso?

Sí, en Holanda, en el mundial, concentramos en el mismo hotel de Argentina. Un día nos cruzamos con Messi y él me preguntó a mí: ‘Hugo, es verdad que dijiste eso?’ Yo le dije: ‘Cómo crees que voy a decir eso’. Él me dijo que era normal que en su país la prensa hiciera eso. Me dijo: ‘Yo sabía que no habías dicho eso, pero quería que vos me lo dijeras’. Ahí quedó la historia de la frase. Una frase que jamás fue dicha, pero que jamás se va a borrar.

Usted estuvo en la huelga de la sub-20, antes de ese mundial, porque no les pagaban el premio por ganar el suramericano…

Pues en realidad era una falta de respeto porque nosotros nos habíamos ganado ese premio. Lo habíamos luchado, lo habíamos trabajado y nos lo habían prometido. A nosotros nos servía demasiado para ayudar a nuestras familias, darle en casa un apoyo a las mamás, ayudar para terminar parte de la casa, para comprar un televisor… Era algo especial y así nosotros podríamos viajar tranquilos para conseguir el otro objetivo que era ser finalistas del mundial. No quiero mencionar nombres, pero ellos saben quiénes son los involucrados. ACOLFUTPRO nos dio una mano gigante para que recibiéramos el premio. Fue la primera revolución de parte la agremiación, me acuerdo que Puche estuvo encabezando todo ahí, con ‘Lucho’ (García).

¿Después del suramericano, le llovieron ofertas?

Cuando termina el suramericano sub 20, yo no entendía lo que significaba el negocio del fútbol. Yo estaba disfrutando el momento y me la gozaba, pero viene Hernando Ángel que el quiere que juegue seis meses o un año más en Colombia, le dije que me gustaba la idea, pero que quería volver al Quindío. Cuando regresé del mundial, volví al Quindío y ahí me dice: ¿Por qué Quindío si está el Cali, Nacional o Millonarios? Le dije que quería volver allá porque quería agradecerle a ese club que fue el que me dio la posibilidad de debutar para después brillar de la manera en que brillé en la selección.

Y luego sí se fue al Cali…

Después de esos seis meses, tenía dos opciones: Deportivo Cali o Atlético Nacional. El contrato era el mismo, las condiciones, las mismas, pero terminé escogiendo al Cali, porque estaba en mi ciudad, estaba con mi familia, era más cómodo para mí y las cosas salieron perfectas. Salimos campeones ese mismo año en que fuimos campeones del suramericano, salí goleador de la liga colombiana, como lo fui en el suramericano. Así que fue todo redondo.

¿Cómo manejó esa llegada de la fama y el dinero?

Diría que es fundamental tener un buen vínculo familiar y estar preparado y estar fuerte para tener esos cambios de vida. El nivel de vida te va cambiando, independientemente de si quieres o no quieres. Recibir un salario, un ingreso que antes ni sabías que existía, puede perjudicar la mente del jugador.

Luego comenzó su experiencia de tres años en México…

Yo sufrí mucho cuando fui a México. Luego de salir campeón con el Cali, todo felicidad, fiesta gozo, alegría. Y en el momento en el que se firma con Rayados de Monterrey iba con mucha ilusión, pero en ese momento, el tema de la documentación en México era muy complicada: no podía yo entrar con un contrato de trabajo no podía llevar a mi familia. Ni con papás, ni hermanas… tenía que ir solo, los primeros seis meses. Entonces fueron seis meses de mucho sufrimiento, de adaptarme a otra cultura, a otro país, otras costumbres, cantidad de cosas que me cogieron desde cero.

¿Eso influyó en su rendimiento?

Sí, porque no me sentía bien en los entrenamientos, empecé a tener problemas con el entrenador. Las cosas no fueron del todo bien. Me ayudó mucho y le agradeceré siempre, Felipe Baloy, el panameño que había jugado en el Medellín. Su esposa es colombiana y ellos me arroparon mucho allá, me abrieron las puertas de su casa, hacía parte de su vínculo familiar, intentaban que no estuviera solo tanto tiempo, porque sabían que yo estaba mal mentalmente. Recibí mucho cariño del hogar de ellos.

¿Pensó en regresar a Colombia?

Hablé con mi representante y pedí la posibilidad de regresar a Colombia, que fue un error mío y es un error que yo quisiera que no lo cometan los colegas. Si se van, es bueno que sufran, porque van a encontrar otras culturas, otros idiomas, pero que se queden, que no piensen en devolverse. Ahora hay profesionales que te ayudan en el tema psicológico, en el tema personal, en el tema mental. Allí empecé a conocer ese tema dentro del fútbol. Por eso es fundamental que los futbolistas busquen ayuda, para que estén preparados. Yo aquí en Santa Fe les hablo a los muchachos sobre eso. En el momento me hicieron entrar en razón que no debía regresar a Colombia y duré 18 años por fuera. Hoy volví porque ya quería.

Luego dio el salto a Inglaterra… ¿Fue más fácil la adaptación?

Ya estaba preparado, estuve tres años y medio en México. Y en el momento en el que llega la oferta del Wigan de Inglaterra, llega también la oferta del PSV Eindhoven, entonces tenía las dos opciones. Pero yo comparé las ligas y dije me voy a la Premier a ojo cerrado. Yo la veía por televisión y soñaba con jugar allá, por eso me dije, me voy a Inglaterra.

En la Premier League existe convenio colectivo para proteger los derechos del futbolista…

Allá es otro mundo, futbolísticamente hablando. Al jugador le dan la responsabilidad de ser profesional, pero a la vez el club asume la responsabilidad de tener un futbolista profesional. Es una ayuda mutua, ellos siempre quieren que al jugador no le falte nada. Solo quieren que, cuando llega el día del partido, esté libre de problemas, de preocupaciones… para que esté cien por ciento mentalizado en el partido.

No es fácil estar siete temporadas en la Premier League Inglesa…

Es bastante complicado. Y a medida que va pasando el tiempo uno se va dando cuenta de que es demasiada exigencia y hay que estar, no solamente físicamente sino mentalmente, preparado para acostumbrarte al fútbol inglés y a esa cultura.

¿Qué le marcó en la Premier?

Son demasiado serios, empezando por los árbitros, que se equivocan porque son seres humanos, pero no tan seguido. Dejan que el fútbol fluya, que el protagonista sea el jugador. Tenemos otras ligas donde lamentablemente no es así y tenemos que incluir la de nosotros ahí. En el poco tiempo que llevo acá en Colombia, me he dado cuenta de que el árbitro quiere ser más protagonista que el futbolista. Así no puede ser.

¿Cómo es eso, cómo son los árbitros aquí?

No es nada personal contra los árbitros, ni mucho menos. Pero dentro del campo se da uno cuenta que a veces el árbitro quiere robarse el show y hay árbitros muy delicados. Yo he intentado hablar con un árbitro y me frenan y hablan feo. Dicen: ‘Aquí el que manda soy yo’… ¿Cómo así que el que manda es él? Es que, si hay una jugada polémica, un jugador puede conversar con el árbitro, que es lo que se ve en Inglaterra, Italia, Alemania, España. Es que son cosas que tendríamos que aprender de ellos. ¡Es fácil, todos vemos fútbol! Ahora no me vayan a decir que los árbitros no ven fútbol.

Yo le dije a Wilmar Roldán: “Vos sos una maravilla, porque conversás, charlás, disfrutás el partido. Le das confianza al jugador y deja que te hable… Eso es bueno, eso hace parte del espectáculo del fútbol. Si no quieren fijarse en los de afuera, fíjense en Roldán. Él es el ejemplo para ellos. Llevo menos de seis meses aquí y si me preguntan quién es el mejor árbitro de Colombia yo digo que es Wilmar Roldán. Es un árbitro con el que uno juega y puede disfrutar. No para tanto el juego, no es protagonista, deja que el juego fluya. No hay necesidad de sacar las tarjetas por todo. Debe haber más armonía.

Además del tema arbitral, ¿cómo encontró nuestro fútbol 18 años después?

Quizás hoy en día haya evolucionado, el futbol colombiano ahora tiene más apoyo, el nivel se ha incrementado, porque el talento del futbolista colombiano siempre ha estado y es por eso que hoy en día exportamos tantos jugadores al exterior y directamente a Europa… Pero en los meses que llevo acá me doy cuenta de que siguen faltando algunas cosas para mejorar.

¿Cómo cuáles?

Uno que quisiera que todos los equipos se preocupen un poquito más por hacer sentir al jugador como el profesional que es. Y que el jugador haga su parte y se comprometa en comportarse como un profesional… Los presidentes podrán decirme: ‘Este payaso qué viene a hablar’, pero ellos tienen como llegar a un patrocinio para ayudar a que el equipo mejore en cuanto a instalaciones. Ahora, si el equipo tiene todo eso y el jugador no se comporta como profesional, no vamos a hacer nada. Es de las dos partes. Eso haría que el nivel futbolístico se incremente en nuestro país.

¿Qué opina del trabajo de ACOLFUTPRO por los futbolistas en Colombia?

Tuve la oportunidad de verlos cuando recién empezaron con la idea de apoyar al futbolista colombiano y, a pesar de que estuve mucho tiempo por fuera, intentaba estar atento a todo lo que se movía. ACOLFUTPRO ha hecho una labor espectacular, porque muchos futbolistas han necesitado el apoyo a la hora de reclamar sus derechos y no todos se atrevían a este tipo de cosas. Han dado una mano bastante grande y han hecho que el jugador ahora sea más respetado y más tenido en cuenta, porque quizás antes se usaba mucho al jugador, en cambio ahora se respetan sus derechos gracias a que ellos han hecho un trabajo bastante grande, con mucho sacrificio, pero que merece que se valore y sea felicitado por todo ese trabajo que han hecho.

En una frase ¿cómo calificaría lo que ha sido su carrera?
Un orgullo. Yo diría que esa es la palabra clave porque no es solo lo que yo he hecho, sino que toda mi familia me ha acompañado, durante todo este tiempo. Todo lo que hicieron para lograr impulsarme a alcanzar ese sueño. Y a partir de ahí intenté exigirme como un profesional y dar lo mejor por cada institución. Luego llegaron mi esposa y mis hijos y comenzó a crearse un vínculo demasiado grande. Son ellos los que han apoyado todo este tiempo. Es un orgullo decir hoy que estos años de carrera han valido la pena.

¿Ha pensado hasta cuándo va a jugar como profesional?

Todavía siento que tengo potencial para jugar y estoy disfrutando, entonces quiero vivir un tiempo más en Colombia y brindarle al fútbol lo que yo más pueda. Yo diría que unos tres años, uno nunca sabe.

El olfato goleador no se acaba…

No, no se va a acabar. Yo digo que me voy a retirar del fútbol, pero voy a seguir siendo goleador de los ‘rodillones’, de algún equipo de veteranos, porque el fútbol es mi vida.

¿Quiere seguir en el fútbol?

Me encanta ser técnico. La idea de ser entrenador la tengo, ya después hay que prepararse y ponerla en práctica. Por ahora, quiero disfrutar de este proceso que me queda como jugador profesional activo y ya después me llama mucho la atención llegar a ser un buen técnico.

¿Qué quisiera decir sobre los insultos racistas en el fútbol?

Es lamentable que eso todavía suceda… Debe haber respeto. Te llaman mono, simio, macaco, mico… ¿Qué gana un hincha con decirle eso a uno? Si es que el hincha lo que no sabe es que ese simio, ese mono, como lo llaman, se ha sacrificado y ha trabajado fuertísimo para vivir incluso mejor que el hincha.

A mí, eso en vez de darme rabia, me dio tristeza. Ese día lo manifesté con lágrimas en los ojos porque uno se siente bajoneado. Es un tema que, ojalá se pudiera acabar ya, de raíz, pero sé que eso todavía no va a pasar, va a ser muy difícil.

¿Qué se necesita para ser un referente en el fútbol?

La gente va calificando por la carrera, por los años, por la buena imagen que he intentado dejar en todos los equipos por donde he pasado. El no ser polémico, no estar en escándalos, creo que eso lo va convirtiendo en uno de los referentes del fútbol colombiano.

¿Qué mensaje les envía a sus colegas? Hago la invitación a los futbolistas a que disfruten su proceso y su momento vinculados al fútbol, como jugadores profesionales, porque esto pasa muy rápido. Entonces es muy importante que disfruten y también que intenten aportar algo porque no es solo jugar, sino también intentar dejar una huella y ojalá sea positiva, aportar algo para que nuestro fútbol mejore y las instituciones vayan mejorando. Un jugador por muy joven que sea puede dejar una enseñanza. Es bueno que cada uno nos preocupemos por actuar bien y hacer nuestro trabajo bien, que eso hablaría muy bien de nosotros.

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