Mujeres futbolistas | Carolina Arbeláez
Entrevista con la futbolista antioqueña, quien actualmente juega para el Independiente Medellín en la Liga Femenina BetPlay Dimayor.
“Debemos ser las principales dolientes del fútbol femenino”
El apoyo familiar ha sido la clave en la carrera de Carolina Arbeláez, futbolista antioqueña, nacida en Rionegro, quien inició su formación en un club de fútbol de salón en Sabaneta y quien hoy en día es una autoridad del fútbol femenino colombiano tras haber jugado cinco de las siete ligas y femeninas en Colombia y haber representado a Colombia en mundiales y juegos olímpicos.
Con una energía maravillosa, que refleja el gran amor y pasión con la que ejerce su profesión, Carolina resalta la evolución en el nivel deportivo de la liga femenina de nuestro país desde el 2017 y le hizo un llamado a los directivos para que les den a las mujeres más tiempo de competencia. También pide a sus colegas se unan más en la lucha por obtener mejores condiciones.
Carolina Arbeláez fue campeona en el fútbol universitario de Estados Unidos, también jugó en el Deportivo de La Coruña de España y ahora sueña con ser campeona con el Independiente Medellín, así como tener una nueva experiencia en el exterior y volver a ser tenida en cuenta en la selección Colombia. Aquí está su historia.
¿Cuándo nace su amor por el fútbol?
Desde muy niña es una pasión. Desde que tengo uso de razón, siempre he tenido un balón en los pies, siempre quería estar pateando. Desde que estaba muy niña quise jugar fútbol y gracias a Dios siempre he tenido el apoyo de mi familia, que para mi es lo más importante… Pero mi madre al principio decía: “¿Una niña futbolista? ¿Jugando con los niños en la calle? Ella, en su afán de que me interesara otra disciplina, me metió a clases de natación, de baloncesto, tenis de mesa, patinaje, de todo. Pero yo llegaba a la casa y me iba a jugar fútbol. Entonces ellos se dieron cuenta que eso era lo que quería…
¿Cómo fueron sus inicios para llegar a ser la futbolista que es hoy?
Empecé jugando en un club llamado San Isidro, pero era de niños. Entonces mi mamá se dedicó a buscar qué clubes tuvieran niñas jugando. Eso fue cuando tenía unos 11 años. Entonces ella encontró un club llamado Futsasa, pero era de fútbol de salón. Como en ese entonces había pocas niñas que jugaran, era más fácil hacer un equipo de cinco, más dos o tres cambios… Allí tuve la gran fortuna de conocer a Daniela Montoya, una de las referentes de nuestro país, capitana de la selección Colombia. Crecí con ella, la admiro mucho y es como una hermana para mí. Nuestro entrenador fue Luis Guillermo Velásquez, que hoy yo le digo ‘padre’, es mi amigo. Eso me ayudó a mejorar mi nivel, a madurar como futbolista y como ser humano y tener el reconocimiento que he tenido hoy.
¿Cómo llega al club Formas Íntimas?
Un día me vio Liliana Zapata (la dueña) jugando un torneo de fútbol de salón y me invitó, junto a ‘Dani’ (Montoya) a ser parte de su gran club Formas Íntimas, que tiene un gran reconocimiento en Colombia y a nivel internacional. Obviamente no lo dudé porque era el único club de niñas, que además ganaba todo. Allá coincidí con Catalina Usme, Diana Ospina, entre otras muchas jugadoras de gran recorrido. Eso fue fenomenal porque, además, allí tuve la posibilidad de jugar los torneos de la Liga Antioqueña de Fútbol y en el 2011 jugué la Copa Libertadores, porque Formas Íntimas era el equipo de Colombia que iba a ese torneo. En el 2013 fuimos subcampeonas, perdimos la final contra Sao Paulo.
Fue una gran experiencia, yo era muy pequeña y sentía que todas me cuidaban, incluso ‘Cata’ Usme me decía ‘cachorra’ y así me dice todavía cuando me la encuentro.
¿Qué fue lo más complicado en ese arranque?
Creo que, en ese momento, fueron los comentarios que hacían sobre nosotras. No creían que una mujer pudiera ser futbolista. No fue nada fácil, pero recuerdo que siempre tuve el apoyo de mi familia. Muchas veces llegaba llorando a casa, un poco aburrida por lo que escuchaba, pero siempre recibía el apoyo de mis padres y la energía de mi madre que me decía que tenía que seguir luchando por mis sueños.
También fue complicado cuando tuve que decidirme definitivamente por el fútbol. Siempre me han apasionado los aviones, así que cuando terminé el bachillerato comencé los estudios de piloto de vuelo comercial. En esos días tuve mi primera convocatoria a selección Colombia, Felipe Taborda me llamó para la Sub-17 y pues fue una decisión que tenía que tomar pronto. Mis padres me decían que me apoyaban, pero que pensara bien porque aviación es una carrera que exige tiempo completo, toda tu dedicación, todo tu esfuerzo. Fue complicado porque tuve que hacer un alto y decidí que quería jugar, porque el fútbol para mi lo es todo.
Comenzó así su experiencia con selecciones de Colombia…
Fue lo mejor que decidí para mi vida porque después de eso lo que llegó para mi fueron bendiciones y triunfos. Con esa selección Colombia fui a mi primer mundial, en Azerbaiyán. Luego paso a la categoría sub-20 donde juego el suramericano en Uruguay y luego me dieron la posibilidad de estar en la selección de mayores, para jugar la Copa América del 2014, donde logramos clasificar a los Juegos Olímpicos de Río y al mundial de Canadá del 2015. Cumplo todo el ciclo y en el 2015 me fui a jugar becada a Estados Unidos, en la universidad de Iowa donde estuve todo un año y coincidí con Leicy Santos. Allí fuimos campeonas del torneo nacional y allá es como en el Superbowl, que al campeón no le dan medalla sino un anillo personalizado y es uno de los recuerdos más bonitos que guardo.
¿Qué ha significado representar a Colombia?
Ha sido motivo de orgullo para mi y para mi familia. Mis padres todos los días podrían hablar de estos reconocimientos, siempre están orgullosos de mencionarlos y es que no todos tienen la posibilidad de representar a todo un país. Para mi lo ha sido todo, pero uno como ser humano es insaciable y busca más cosas, como si no tuviera techo. Así que espero que ahora en el proceso del ‘profe’ tenga alguna oportunidad, ya he estado en ciclos con él.
Ha jugado cinco de las siete ediciones de la liga femenina ¿Cree que sí ha habido un crecimiento desde el 2017?
Creo que el crecimiento deportivo de la liga femenina ha sido increíble, fenomenal. Aquí todos los partidos son muy parejos. Además, las jugadoras venimos haciendo un buen trabajo de enamorar al público, no solo con nuestro juego dentro del campo sino también por fuera, porque queremos que nos vean como lo que somos: futbolistas profesionales, como mujeres que nos desempeñamos en el fútbol como nuestro real trabajo, además de que es nuestra pasión más grande.
Desde el 2017 ha habido un crecimiento muy grande. Yo estaba ese año en el Envigado Formas Íntimas y jugamos contra todos los equipos y había mucha diferencia de nivel. Se presentaban goleadas que uno decía: ¿Qué pasó aquí? Hoy en día el nivel es muy parejo, la mayoría de resultados se dan por una diferencia mínima.
¿Qué resaltaría de la liga femenina de Colombia?
Hay que resaltar lo que hace el América, yo entrené unos meses allí y quedé admirada del proyecto, de la infraestructura que tiene ese proyecto, el orden. Y eso hace que siempre marquen diferencia. El América siempre está un paso o dos pasos por delante de los demás, porque tienen un proceso más largo. Es que, en mi caso, he tenido que cambiar varias veces de equipo y siempre se empieza de cero, nuevo equipo, nuevas compañeras, nuevos directivos, nuevos escenarios, miles de cosas que influyen.
¿Qué les pediría a los directivos del fútbol colombiano para las mujeres futbolistas?
Quisiera hacer una invitación para que la competencia sea más larga, es que con una liga de tres o cuatro meses cómo esperamos que un club nos contrate todo el año… Es esa invitación. Nosotros somos unas apasionadas por lo que hacemos. Lo hacemos con todo el amor porque es lo que realmente nos llena. Yo tengo la fortuna de contar con el apoyo de mi familia, pero muchas de mis compañeras dependen de esto para vivir, sus familias necesitan de este trabajo para subsistir´. Nos gustaría que el apoyo fuera más constante, y ¿cómo es eso? Simplemente teniendo más competencia. Si a nosotras nos hacen una liga larga, si tenemos más competencia, eso nos va a asegurar más tiempo de contrato, estabilidad económica, mayor motivación por esto que realmente amamos.
¿Cómo una futbolista profesional se las arregla para tener ingresos cuando no hay liga?
En mi caso cada seis meses busco la forma de salir del país. Por ejemplo, el año pasado, cuando terminé mi contrato con Nacional, me fui para Perú. Allá jugué la liga peruana hasta finales de noviembre. En ese caso estuve bien económicamente todo el año, pero tuve que moverme. Este año, si no clasificamos a la Libertadores, terminamos contrato el 30 de junio y quedamos en el limbo. Y tocará trabajar en otras cosas, pero no es lo que me apasiona, es como deshilar mi sueño de ser futbolista profesional.
¿Qué opinas de la labor de ACOLFUTPRO por las mujeres futbolistas?
Tengo un agradecimiento total por ACOLFUTPRO. Desde siempre están presentes en todos los momentos. Son las únicas personas que están pendientes de nosotros al final del año, porque nos dan una ancheta, una tarjeta de regalo, un saludo. Son detalles muy especiales, no todos lo hacen. Ellos trabajan para hacer que se respeten nuestros derechos y nos dan beneficios, descuentos, la oportunidad de formarnos académicamente. Me parece demasiado valioso. Trabajan a la par por el fútbol femenino y el masculino.
¿Cuáles son sus metas?
A corto plazo, quisiera lograr grandes cosas con Independiente Medellín, hemos tenido un buen arranque. Estamos luchando e invitamos a las personas para que nos acompañen. Me encantaría lograr el cupo a la Libertadores. A largo plazo me encantaría vivir otra experiencia en Europa. Para eso vamos paso a paso, por ahora mi foco está en mi club, hacer las cosas bien y disfrutar de esto que amo.
¿Se considera una referente entre las mujeres futbolistas?
Sí, y eso me eriza la piel. Hace poco en mi cumpleaños recibí muchísimos mensajes y muy especiales, los leí todos y les respondí a cada una. Eso me llena mucho de cariño, de honor y me inspira para seguir ese camino de ser ejemplar.
¿Falta unión entre las mujeres futbolistas de Colombia?
Sí, totalmente. Nosotros debemos ser las principales dolientes. No puede ser que ACOLFUTPRO esté ahí solo luchando. Nosotros tenemos que seguir trabajando fuerte y obviamente, si en algún momento tenemos que alzar la voz, que lo hagamos todas unidas, con mucho ímpetu, con respeto, pero haciéndonos valer y pidiendo que respeten nuestros derechos.
¿Qué mensaje les daría a sus colegas?
Si les apasiona jugar fútbol, no lo dejen a un lado. Luchen por lo que les encanta hacer. Dios nos ha premiado con el talento para jugar al fútbol y nuestro deber es pulirlo, entrenarlo para dar un buen espectáculo. Las invito a seguir trabajando con amor y pasión y enfocadas, sin dejarnos desviar por el entorno que es un poco tóxico y peligroso.