Referentes | José Luis Chunga
Entrevista con el portero soledeño, publicada en la revista EL FUTBOLISTA. Se formó en el Junior, debutó con el Barranquilla y actualmente es un referente en el club Alianza Petrolera. Tiene 31 años y espera jugar hasta los 40 años de edad, estudia gestión deportiva porque sueña con aportar al fútbol su diligencia y conocimiento, para cuando llegue la hora del retiro.
“Lo más importante es lo que das como persona”
José Luis Chunga recorrió un camino muy especial para llegar a ser futbolista profesional. Con su enorme talento en la cancha, sumado a una férrea disciplina y a la perseverancia para luchar por su sueño, comenzó a escalar y a labrar a pulso una carrera en la que creó una imagen y la ha sabido cuidar y en la que lo más importante para él es la huella que ha dejado como persona.
Han pasado 14 años después de su debut con el Barranquilla, tiempo que le ha permitido madurar como futbolista y también como esposo y padre. Espera jugar fútbol profesional durante unos 10 años más y tiene claro que después de su etapa como futbolista, se dedicará a ser directivo de un club, y para eso se prepara estudiando gestión deportiva en la UNAD.
Despegando…
Chunga jugaba fútbol de salón en su colegio y cuando clasificaban a torneos de fútbol era el encargado del arco, por ser el más alto del grupo. Luego, cuando tenía 13 años, vivió una etapa breve en una escuela llamada Nuevo Horizonte, donde brilló desde su llegada. “Recuerdo que me llevaron allá porque necesitaban un arquero y en mi primer partido tapé un penalti. Me quedé ahí y ellos quedaron tan contentos que me costeaban todo”.
Solo un año estuvo allí, porque rápidamente apareció el Junior en su vida. En el 2004 asistió a las veedurías del club ‘tiburón’ y ahí empezó ese romance pintado de rojo y blanco al punto que llegó un momento en el que tuvo que dedicar más tiempo al fútbol que al colegio. “Pedí un permiso especial y solo iba dos veces por semana al colegio, porque tenía que entrenar y me ayudaban, me dejaban trabajos y cosas para entregar”, recuerda Chunga.
Para José Luis, su adaptación al Junior fue más fácil y agradable gracias a dos nombres en especial. “En las divisiones menores del Junior estaba el profesor Wulfrand ‘El Campero’ Cervantes, una gloria del club, quien me apoyó mucho, lo mismo que el preparador de arqueros, Roberto ‘Patica’ Rodríguez”, señaló.
Su primer conflicto en el fútbol…
No todo fue color de rosa para Chunga en su llegada al Junior, pues el director de las divisiones menores era el yugoslavo Peter Kosanovic, quien le exigía tener los papeles en regla para ser inscrito en los torneos de la liga del Atlántico. “El profe Peter cuando llegué no quería ni verme”, recuerda con una sonrisa.
Y es que Chunga no había presentado un documento clave. “Junior estaba solicitando el ‘paz y salvo’ de la escuela donde estuve para quedar libre. Mi madre fue a reclamarlo, pero allá le pidieron dos millones de pesos, que era demasiado dinero para nosotros en ese entonces. No teníamos como pagar”.
Eso complicó las cosas para Chunga, quien por un lado veía como Kosanovic lo quería sacar, mientras el “El Campero” lo protegía y le pedía al director que esperara, pues estaba seguro de que él sería el próximo arquero del primer equipo del Junior.
“Tuve que esperar así casi dos años para quedar libre, entrenando sin poder ser inscrito en los Torneos Asefal… Un día me caí y me fracturé los dos huesos del brazo. Aún así iba a entrenar y el profe Wulfranf me apoyó siempre. Es una historia muy linda”, destacó Chunga, quien finalmente quedó libre, pudo ser inscrito y tras un año en el fútbol aficionado, fue ascendido al equipo profesional.
Junto a los profesionales
En el 2007, cuando todavía estaba vigente la regla del sub-20 en la liga profesional, Chunga comenzó a trabajar con el primer equipo, que tenía como preparador de arqueros al profesor Álvaro Álvarez, quien ya lo conocía bien.
“El ‘profe’ Álvaro tenía algo especial y es que iba a Bomboná a ver a los arqueros de las divisiones menores y preguntaba a cuál le fue bien el fin de semana y lo premiaba llevándolo una semana a entrenar con el equipo profesional. A mí me llevó varias veces y ahí me fui ganando su confianza”, explicó Chunga.
Chunga fue ascendido junto a Vladimir Hernández y ganaba experiencia y conocimiento junto a porteros de gran recorrido como Edigson ‘Prono’ Velásquez, Carlos Pérez y Carlos Rodríguez, entre otros.
Su debut en el Barranquilla
Tras varios años ‘puliéndose’ con el primer equipo del Junior, para el segundo semestre del 2009, Julio Comesaña le sugirió ir al Barranquilla de la Primera B, para que tuviera mayor continuidad y minutos de competencia.
Con el equipo filial del Junior Chunga debutó a sus 18 años de edad como futbolista profesional en una competición oficial de la Dimayor. Fue el 22 de julio de 2009, en el estadio Romelio Martínez, en un juego contra el Atlético La Sabana, en el que fue titular.
“Era un torneo de Primera B muy competitivo, con jugadores de experiencia. Nunca olvidaré los viajes en bus. El primero fue desde Barranquilla a Jamundí. No sabía qué hacer, estaba desesperado”, recuerda Chunga, quien tras su debut se consolidó como titular en lo que quedaba del 2009 y durante todo el 2010.
Para Chunga, su mejor historia fue la del viaje de casi 50 horas en bus. “Fue de Barranquilla a Pasto, salimos el jueves al mediodía y llegamos a Pasto el sábado siguiente a las 4 de la tarde, para jugar domingo, a las 3 y 30. Con ese viaje ya íbamos perdiendo. Recuerdo que perdimos 2-0 y eso que yo fui la figura. Ellos tenían tremendo equipo. Luego, ese mismo domingo, a las 8 de la noche, otra vez para Barranquilla ¡Llegamos el miércoles!”, cuenta entre risas Chunga, quien regresó al Junior en el 2011.
“Volví con más experiencia, con más de 80 partidos en la B. El técnico era Quintabani. Ahí me quedé y estuve hasta el 2020”.
Junior, su casa durante una década
José Luis Chunga recuerda que se había fijado una meta desde que era recogebolas en los partidos del Junior, en el Metropolitano: “Me hacía cerca de los bancos o detrás de los arcos, para ver a los arqueros. Me acuerdo que vi a Nelson tapia, a ‘Prono’ Velásquez, a muchos… Yo me decía: algún día tendré la posibilidad de pararme ahí en ese arco como arquero de Junior”.
Y lo cumplió: el 24 de febrero del 2011 se estrenó como titular en un partido de Copa Águila contra el Valledupar. Entre el 2011 y el 2013, Chunga solo jugaba partidos de la copa local y también tuvo la posibilidad de jugar uno de Copa Libertadores, contra Unión Española de Chile, el 18 de abril del 2012.
Y es que Chunga era en aquel entonces el tercer arquero, detrás de Sebastián Viera y de Carlos ‘El Peto’ Rodríguez.
¿Era complicado llegar a ser titular en el arco del Junior?
Es una historia muy curiosa en Junior. Muchos porteros tuvieron que vivir esa experiencia de ser suplentes por muchos años. En mi caso, todo eso que viví ha sido de gran aprendizaje para mí. Si tienes por delante personas de más experiencia que tú, si eres inteligente y sagaz, comienzas a absorber lo que ellos tienen. Empiezas a memorizar para usarlas en el momento en el que te toque actuar. Creo que he sido un privilegiado, porque he podido compartir en Junior con gente de mucha experiencia y madurez, lo que me ha llevado a tener una forma de ser muy tranquila y respetuosa durante toda mi carrera.
¿Qué pensaba cuando estaba ahí esperando esa posibilidad?
Creo que cuando uno tiene claras sus metas en la vida, siempre deber estar enfocado para cumplirlas. Siempre me levantaba con la satisfacción de querer cumplir ese sueño de ser titular con el Junior porque sabía que algún momento tenía que demostrar y tenía que estar a la altura, por eso cada día me esforzaba más, me entrenaba más… No es coincidencia que, desde que salí del Junior, he podido demostrar muchas cosas en dónde he estado y poniendo en práctica todo eso que en ese tiempo estuve aprendiendo.
Solo hasta el 2014 pudo debutar en liga. ¿Cómo fue?
Estaba el profe Comesaña y él me había dicho que yo llevaba mucho tiempo en el equipo y que no le hacía una verdadera competencia a Sebastián, que necesitaba un portero en el que pudiera confiar si faltaba Viera y que si al final de torneo no mejoraba no seguiría en el equipo. Yo sé que lo hizo para motivarme… En eso se dio que teníamos partido de Copa Águila el miércoles contra el Valledupar y el sábado siguiente contra La Equidad en Bogotá y Sebastián estaba suspendido. El profe me dijo: “Ese será tu examen”. Pues le ganamos a Valledupar, le ganamos a La Equidad y yo fui la figura. De ahí me gané la confianza, el profe Julio me dio la posibilidad de jugar muchos partidos seguidos incluso de jugar Copa Sudamericana.
¿Cómo vivían dentro del grupo eso de que Comesaña lo echaban y luego volvía?
A mí me tocaron casi todos los periodos de él en Junior. Personalmente lo tomaba como algo bueno, porque llegaba una persona que conoces, que te conoce, que te da confianza. Pero dentro del equipo sabíamos que él tiene un temperamento fuerte, pero es una persona muy querida, muy abierta a muchas cosas. Coincidía que el profe siempre encontraba ese ‘no sé qué’ y le daba forma al equipo y siempre funcionaba. Cuando tenía que apretar tuercas las apretaba. El tema genera burlas de la gente, pero creo que los dueños se la han jugado por una persona que conoce las entrañas del equipo y que siempre le podía dar un empujón. Mira que cada vez que volvía, disputábamos finales, ganábamos…
Para mí, con todo respeto por los técnicos que han pasado, es el técnico más emblemático que existe en el Junior. Por los títulos, porque fue jugador y salió campeón y porque para nadie es un secreto, que el ‘profe’ Julio tiene algo que cuando él pone a un jugador de la cantera termina siendo gran figura: ahí tenemos el ejemplo de Bacca, Teo, nuestra figura a nivel mundial de hoy, Luis Díaz… El profe se merece todos los reconocimientos en la institución, como el técnico más ganador en toda la historia del club.
Barranquilla no es fácil, la gente exige, te pide, quiere que el equipo golee, que los jugadores sean los mejores. Es algo normal. Cuando vas a Junior debes saber que no vas a un equipo cualquiera. La gente exige, primero pide un buen comportamiento, que el jugador juegue bien, que respete a la gente, a la institución, siendo disciplinado, buen profesional. Barranquilla es muy especial y más la gente de Junior. El profe Julio conocía todo eso, andaba pendiente de todo…
¿Qué jugador le marcó en su paso por el Junior?
Tuve como compañero y luego como técnico a Giovanni Hernández. Sin duda alguna es la mejor persona con las que he compartido camerino, por su forma de ser, su sencillez y su humildad. Además, porque demostró cómo ser un verdadero capitán. Para mí Giovanni fue un gran ejemplo.
¿Fue muy difícil tomar esa decisión de salir del Junior?
No fue fácil. Nadie quiere dejar su casa, menos cuando duras allí tanto tiempo. Duré días dando vueltas en la cama y creo que Dios me dio la fortaleza y la capacidad para tomar esa decisión que fue guiada por él. También mi familia hizo parte de eso, porque el reto y a lo que nos íbamos a enfrentar no era fácil. Duré varios días llorando, porque no se trataba de temas de dinero, sino más el hecho de poder abandonar el gran sueño que yo siempre tuve de ser el arquero titular y campeón con Junior. Una cosa es ser campeón jugando y otra ser campeón como alternativa, que se disfruta, pero…
La decisión fue muy buena, era el momento. Se dio todo, el permiso de la familia Char, ellos me entendieron y le agradezco a todas las personas que me ayudaron a crecer como persona, como humano, como deportista. Hoy estoy disfrutando de todo ese aprendizaje que pude vivir al lado de cada uno de ellos.
¿Cómo califica su carrera hasta ahora?
Creo que he hecho una carrera buena, tranquila. Más allá de los logros o reconocimientos, lo más importante es lo que das como persona. Uno es una imagen y hay que cuidarla. Creo que he sido transparente, buen profesional, nunca he dado de qué hablar. Para mí eso es más importante que cualquier trofeo, medalla o título. Para mi lo más lindo durante todo este tiempo en mi carrera, es ser la persona que soy y la persona que he dado a conocer delante de los demás.
¿Se considera ahora un líder en Alianza Petrolera?
Primero, estuve un corto tiempo en Jaguares, no pude durar mucho. Fueron tres meses muy buenos en los que conocí personas maravillosas. Y llegar a Alianza ha sido una gran bendición para mi y para mi familia, en estos dos años que he estado acá me han dado la posibilidad de demostrar todo lo que aprendí y vivir una de las cosas más lindas que cualquier futbolista quisiera vivir que es estar en la selección Colombia de mayores.
¿Cómo ha sido esa experiencia en Selección Colombia?
Ha sido algo muy lindo para mi y para mi familia. Lo que ha venido pasando es muy bueno para los futbolistas del rentado colombiano, que antes no tenían tanta posibilidad de ser llamados a la selección de mayores, para un microciclo, un amistoso o para partidos de eliminatoria. Creo que eso nos ha dado la oportunidad de darnos cuenta de que sí se puede, que con nuestro rendimiento partido tras partido, podemos estar en el radar de la selección. Los técnicos que han dado esa oportunidad han sido muy conscientes de eso y hoy en día tenemos ese privilegio. Antes se veía muy lejos. Ahora se ve muy cerca.
¿Qué opina del momento de los porteros en Colombia?
Anteriormente había muchos arqueros extranjeros en Colombia, la mayoría eran titulares en los equipos de la liga. Pero creo que eso ha cambiado, hay un panorama muy diferente. Hay arqueros con un nivel muy bueno, que dan mucho de qué hablar, que pueden estar en la selección o ir al exterior. Como el caso del chico Kevin Mier, que ha sido una revelación en el Nacional; el caso de Andrés Marmolejo, Álvaro Montero, el chico (Joan) Parra de Envigado.
Antes eso preocupaba un poco. Incluso llegaron a pensar en nacionalizar a un extranjero para que tapara en la selección. Creo que se trataba de darle confianza al arquero colombiano para que se apropiara de la posición y hoy se puede decir que sí hay material, hay de dónde echar mano… Se puede confiar en el arquero colombiano.
¿Qué opina de la evolución del futbolista colombiano en temas laborales?
Como todo en la vida es un proceso, muchas cosas van cambiando paulatinamente. En el caso del futbolista colombiano, antes no había tanta información, los jugadores no se enteraban de lo que ocurría alrededor. Hoy, por la tecnología nos ha dado la posibilidad de investigar, de informarnos y empaparnos de mucho conocimiento. ACOLFUTPRO ha sido muy importante en este proceso de crecimiento de los futbolistas como seres humanos, como profesionales. En eso vamos muy bien. Uno quisiera que mejoraran muchas cosas. Hay que ir paso a paso, pisando suavecito, así se va pisando firme.
¿Qué opina de la labor de ACOLFUTPRO en estos 19 años?
Tengo mucho agradecimiento hacia las personas que iniciaron todo esto, amigos que iniciaron esta ‘locura’. Sé que a muchos no les gusta, que están en contra y tal vez cuando esto empezó no se tomó con mucha seriedad. Hay que agradecerles a todas personas de experiencia, que vivieron muchas cosas en el fútbol y que hoy nos han dejado todo esto. Y decirles a los futbolistas jóvenes, que ellos van a heredar lo que se ha construido para que tengan mejores condiciones. Aquí está ACOLFUTPRO, ellos tienen el conocimiento completo de todo lo que significa ser futbolista, lo que necesitamos y nos dan muchos beneficios. Ha sido muy importante el papel de la asociación.
¿Por qué decidió estudiar gestión deportiva?
Un amigo que ya se retiró me dijo un día: ‘La vida verdadera comienza cuando dejas de jugar fútbol, cuando estás jugando todo lo tienes fácil, después es como si rompieran esa burbuja en la que estás’. Muchos creen que ese estatus como futbolista va a durar para siempre, que el sueldo como futbolista será para siempre. Entonces hay que mentalizarse, visualizar qué voy a hacer después del fútbol. Por eso hay que aprovechar las facilidades que da ACOLFUTPRO para estudiar, en este caso de forma virtual en la UNAD. Estoy estudiando gestión deportiva porque considero que soy una persona muy diligente… Los futbolistas debemos llenarnos de conocimiento y luego llegar a trabajar en el club para aportar, para hacerlo crecer. Ese es mi pensamiento: mejorar cosas que sé que hacen falta en una institución.
¿Cuáles son sus metas?
Seguir jugando, aspiro a seguir jugando hasta los 40, 41. Llevar una vida tranquila, ojalá Dios lo permita y ser un buen ejemplo, no solo como arquero, sino lo más importante: ser una gran persona, un buen ejemplo para la sociedad, para los niños, para los jóvenes que hoy en día están pensando en muchas cosas. Yo les hablo mucho a los muchachos del equipo, les inculco el respeto hacia los jugadores mayores, los de experiencia. Esta es una generación muy buena, pero necesita aprender mucho más de valores, de respeto.