El defensor barranquillero de 34 años repasa su trayectoria con gratitud, resalta el trabajo de ACOLFUTPRO en el crecimiento del fútbol colombiano y en la dignificación de la profesión. Afirma que se encuentra muy bien para jugar varios años más y envía un mensaje contundente a las nuevas generaciones.
Francisco Javier Meza creció en Barranquilla viendo a su padre lanzar golpes. El boxeo era parte del paisaje familiar: su padre fue boxeador profesional y entrenador, y desde niños, él y su hermano lo acompañaban al coliseo. “Mi papá nos llevaba al coliseo a verlo entrenar, como se dice: ‘molestando’. Pero la verdad es que nunca nos decidimos por el boxeo. Siempre fuimos por el camino del fútbol y mi papá y mi mamá siempre nos apoyaron en eso”, recuerda.
Su formación comenzó en la escuela Niños Unidos, una escuelita humilde donde dio sus primeros pasos. Luego pasó por Tiburones, “más reconocida, mejor conformada”, y finalmente llegó a Real Caribe, donde se consolidó como defensor. Pero el giro decisivo llegó en 2008, cuando una conexión familiar lo llevó a Bogotá. “Una de mis primas habló conmigo para que me fuera a Mosquera. Ella tenía un estudio fotográfico y me pidió que la ayudara, y que ella me iba a ayudar en el tema del fútbol”, cuenta.
La oferta tenía un as bajo la manga: su prima también era familiar de Agustín Julio, el histórico arquero de Santa Fe. Lo que empezó como una recomendación terminó en una amistad y una oportunidad única. “Julio me presentó en Santa Fe y pronto éramos compañeros. Para mí fue una bendición tener esa oportunidad”, dice Meza, con gratitud intacta.

Santa Fe lo cedió al Juventud Girardot, donde debutó como profesional en 2010, jugando en el torneo de la Primera B. En 2011 regresó al club cardenal, donde comenzó a robustecer una carrera que lo llevaría a levantar títulos, cruzar fronteras y convertirse en referente.
Hoy, con más de una década de trayectoria, Francisco Meza sigue “divirtiéndose y dándole lo mejor al fútbol”.
ACOLFUTPRO: ¿Cómo fue ese salto desde Barranquilla para buscar una oportunidad en Bogotá y finalmente debutar en Santa Fe? ¿Cómo se dio todo?
Francisco Meza: Yo había terminado mi bachillerato en 2007 y en el 2008 decidí irme donde mi prima, en Mosquera (cerca de Bogotá) para prepararme. Ya cuando conocí a Agustín Julio y se me dio la posibilidad de llegar a Santa Fe, todo pasó muy rápido: Julio me presentó el club y pronto éramos compañeros. Para mí fue una bendición tener esa oportunidad. Ahí empezó mi carrera, lo que he podido hacer y lo que sigo haciendo, divirtiéndome y dándole lo mejor al fútbol, que me ha dado casi todo en la vida.
Entonces el apoyo de Julio fue vital… ¿fue como un padrino para usted?
Sí, total. Le agradezco mucho porque él no me conocía y me dio la posibilidad de acercarme a Santa Fe. Después, como te digo, el tiempo pasó tan rápido que ya éramos compañeros. Me llevaba a mi casa, me movilizaba en su carro, me ayudaba dentro del campo, conversaba conmigo. Todo eso fue de mucho valor para mí porque me llenó de seguridad. La experiencia que él tenía me sirvió mucho para lo que es hoy mi carrera.
¿Háblenos del debut en Santa Fe que se dio en el 2011?
Bueno, yo estando en Santa Fe en 2009 ya me acercaban al equipo profesional. Recuerdo que yo debuto en primera división en 2011, pero ya en 2009 había tenido la posibilidad de jugar unos partidos amistosos contra Millonarios y contra Equidad. Después, en el 2010 Santa Fe me prestó al equipo de la B, Juventud Girardot, donde jugué más de 30 partidos ese año. Estuve allí un año y luego regresé a Santa Fe, donde ya tuve mi debut oficial contra Cúcuta en Techo. Recuerdo que estaba en el banco y a los 10 minutos me tocó entrar. No tuve tiempo de prepararme mentalmente, entré perdiendo 1-0 y remontamos para ganar 3-1. Fue un día muy especial.
Nota del editor: Francisco Meza ingresó al minuto 10 por la lesión del defensor Jhonnier González. El partido se disputó en el estadio de Techo, ya que El Campín se encontraba en remodelación para el Mundial Sub-20 que se celebraría ese mismo año en Colombia.

Al año siguiente gana su primer título ¿Cómo fue esa experiencia del 2012?
El primer título, en el 2012, fue un título de mucha presión, de mucha lucha. Fue un torneo donde nosotros iniciamos muy mal. No ganábamos, no se daban los resultados. Pero después fuimos avanzando, consolidando el equipo, y pudimos llegar a la final. Sentíamos que teníamos que ganar sí o sí, por esa espera tan larga que había tenido la gente: casi 37 años sin ser campeones. Nosotros éramos unos privilegiados de llegar a esa final, y además cerramos en casa. Fue muy lindo, pero también con mucha presión, especialmente para mí, que era joven. Sentía esa carga, esa responsabilidad.
Después vinieron otros títulos: la Superliga, nuevamente campeones de liga en 2014, llegamos a semifinales de Copa Libertadores, y ganamos la final de la Sudamericana. Todo eso fue motivo de orgullo, pero también de presión, porque sabíamos que podíamos ser el primer equipo colombiano en ganar ese título internacional.

Y logró inscribirse en la historia de Santa Fe con ese título de la Copa Sudamericana…
Fue una época muy buena para mí y para la institución. Ya había sido campeón en liga, estaba consolidado en el fútbol colombiano, había sido parte de la selección Colombia en varias convocatorias. Santa Fe le apostaba a ese título, armó un equipo muy competitivo. Se nos dio ese título, que hasta el momento ha sido el único para un equipo colombiano. Me siento orgulloso de ser parte de esa historia, de quedar con letras de oro en la institución. Que la gente me recuerde después de tantos años es motivo de orgullo.
Esa campaña en la Sudamericana le permitió mostrarse y al año siguiente se va al fútbol de México… ¿Cómo fue esa experiencia, especialmente, en la que tuvo que superar una lesión grave?
Me contrató Tigres y ellos me cedieron en préstamo a Pumas. En mis primeros dos partidos, antes del tercero, sufrí una lesión de ligamento cruzado. Me perdí siete meses. Tigres me pidió y me fui a Monterrey lesionado y allí terminé mi recuperación y empecé a jugar. Estuve en un gran equipo, de élite, donde gané muchos títulos. También tuve lesiones allí, pero cada vez que estuve al cien por ciento pude competir, ayudar al equipo, jugar las finales y salir campeón. Fue una experiencia muy linda. Tigres me abrió sus puertas y, a pesar de los momentos difíciles, viví muchos momentos felices. Pude escribir mi nombre en una institución grande, ganar una final en un clásico regiomontano contra Monterrey y ganarla.
Nota del editor: Esa final se disputó el 10 de diciembre de 2017 en el estadio BBVA de Monterrey. Meza anotó de cabeza el gol de la victoria 1-2 para Tigres, consagrándose campeón en el clásico regiomontano. Fue el cuarto de los siete títulos que ganó con el club mexicano.

¿Cómo ha visto la evolución del fútbol colombiano desde que regresó? ¿Y qué opina del trabajo que hace ACOLFUTPRO por los futbolistas?
Bueno, la verdad es que el fútbol ha evolucionado mundialmente. Desde que yo me fui, fueron seis años. Me fui del país al fútbol mexicano, y fue una experiencia muy buena. Pero al regresar, esa evolución que tuvo el fútbol colombiano para mí fue muy, muy buena. Te lo digo desde lo personal y desde lo grupal. Yo a ACOLFUTPRO la conozco desde hace mucho tiempo: hablo siempre con Gustavo (Quijano), con Lucho (García), con (Diego) Chica y la verdad es que todo lo que han hecho ha sido muy bacano. Hemos evolucionado, y eso es importante para nosotros. Siempre hemos tenido el respaldo de parte de la asociación y ha sido muy, muy bueno.
Estoy muy contento de estar nuevamente en el fútbol colombiano. Como todo, tenemos muchas cosas por mejorar, pero creo que vamos encaminados a tener ese fútbol que nos merecemos nosotros, los jugadores. Como se merece la gente y todos los niños que vienen detrás de nosotros: un fútbol de primera, un fútbol que respete nuestros derechos, que nos dé la posibilidad de mostrarnos y de poder ir a jugar a las mejores ligas, a las ligas de Europa. La verdad es que el trabajo que se ha hecho en conjunto entre los jugadores y la asociación ha sido muy, muy bueno.
¿Qué opina del proceso de negociación colectiva que ha venido adelantando ACOLFUTPRO con la Dimayor y la FCF?
La verdad, todo lo que hemos hablado, toda esta negociación, obviamente sabemos que lleva su tiempo, pero se empezó. Capaz uno ahora, con 34 años, lo ve de otra forma. Lo ve más productivo, lo ve necesario. A veces, cuando estamos más jóvenes, lo pasamos por alto porque creemos que siempre vamos a estar jóvenes y que no lo necesitamos. Pero son cosas muy necesarias, que dignifican nuestra profesión. Es lo ideal que el jugador pueda tener esas garantías para un mejor desarrollo. Yo, en lo personal, he estado apoyando eso desde que volví al fútbol colombiano. Cuando estuve en el Cali, y ahora que estoy acá, he estado en constante comunicación con Gustavo y los chicos para ver cómo puedo ayudar también. Ojalá que todos podamos estar alineados, porque la asociación está buscando lo mejor para nosotros. Es lo necesario y lo ideal para tener una profesión lo más digna posible.
¿Qué opina del tema de amaños de partidos? ¿Qué mensaje les da a los colegas para que no caigan en eso y se preserve la integridad del juego?
Claro, es un tema muy delicado, un tema que siempre hay que tocar con pinzas. Pero la verdad es que yo siempre les digo a los chicos que en la vida y en esta profesión todo se va a saber. No es bueno ensuciar el nombre de uno ni poner en juego la carrera por cualquier cosa. Creo que uno tiene que ser lo más correcto posible en la vida. Obviamente, hay que poner los valores que vienen desde la casa, desde la familia, ante todo. Y ojalá los chicos puedan tomar estas palabras, porque al final de cuentas eso no nos va a ayudar como equipo, como fútbol, como liga. A ellos tampoco les va a ayudar, porque van a manchar su carrera. Hay muchos ejemplos de jugadores a los que se les acaba la carrera, que quedan marcados de por vida. Y eso no va con los valores de lo que es el ser humano.

¿Cómo ve el panorama actual de las nuevas generaciones de futbolistas? ¿Están enfocadas en fortalecer la profesión o hay distracciones que afectan su desarrollo?
Bueno, en talento estamos muy bien. Siguen saliendo chicos que tienen unas condiciones espectaculares. Obviamente, el fútbol colombiano tiene que mejorar en lo que son los hábitos, en lo que es esa educación deportiva. Todos tenemos que ayudar en eso, dejar nuestro granito de arena para que los otros chicos puedan tomar eso. Pero principalmente, dando buen ejemplo. Creo que nosotros, los que somos más grandecitos y que tenemos experiencia en el fútbol colombiano, tenemos que intentar dar el mejor ejemplo.
El fútbol tiene que ir cambiando, evolucionando. Y sabemos que al final esto es un deporte de conjunto, pero también el individuo que quiere trascender tiene que hacer las cosas bien, tomar ejemplo y poner en práctica todas las cosas que sean buenas a favor de él.
¿Qué tan importante es el entorno familiar para el futbolista?
Es todo. Es el motor de uno. Es lo que te hace aterrizar, tomar decisiones con cabeza fría. Saber que hay personas que dependen de ti, que te quieren ver bien, que te apoyan en los momentos difíciles. La familia es ese soporte que te ayuda a levantarte cuando las cosas no salen bien. Es lo que te da fuerza para seguir adelante. Yo siempre he tenido el apoyo de mis padres, de mis hermanos, de mi esposa y mis hijos. Eso me ha dado estabilidad y tranquilidad para enfocarme en mi carrera.
¿Qué le ha quedado por cumplir en su carrera?
Creo que el hecho de no poder jugar un partido oficial con la selección fue una de las deudas que me quedaron en la carrera. Como todo futbolista, siempre queremos jugar un mundial con nuestra selección, pero primero hay que estar en la selección para soñar con eso. Siempre quise jugar al menos un partido oficial, mostrar mi trabajo, todo ese esfuerzo que hice durante muchos años.
Pero también tengo otro objetivo que aún mantengo: ser campeón de la Copa Libertadores. Ya fui campeón de la Sudamericana, de la Concachampions (con Tigres), jugué un Mundial de Clubes, una final de Mundial de Clubes… Estuve cerca de ser campeón del mundo. Eso me dio aún más ganas de ganar una Libertadores. Estoy en una edad muy buena, sigo soñando, sigo vigente, tengo fuerza y ganas. Espero que Dios me ilumine y me dé esa posibilidad.
¿Cree que con Llaneros podría lograrlo?
Sí, claro. Es un proyecto nuevo, y no se puede decir que no. Cuando uno está en estos proyectos, va paso a paso, logrando resultados a corto plazo. Nuestro primer objetivo es salvar el descenso, estamos a tres puntos. Luego, clasificar entre los ocho, que también estamos cerca. Después de eso, vienen otros objetivos.
Lo bueno de estar en clubes así es que vas construyendo poco a poco. No estamos pensando en el objetivo final, sino en el paso a paso. Vine con la ilusión de ayudar al club, estabilizar este lindo proyecto y luego pensar en cosas más grandes. Me siento muy bien, ha sido un buen torneo para nosotros. Y donde me toque, aquí o en otro lado, siempre tendré esa ilusión de ganar una Libertadores. Pero primero hay que clasificar entre los ocho, luego a un torneo internacional… todo es un proceso, y espero que se vaya cumpliendo poco a poco.
¿Los clubes donde priorizan el bienestar del futbolista?
México es otra clase de fútbol, con un poderío económico distinto. Pero si hablamos de Colombia, el Cali me impresionó. Es un equipo con más de 110 años, un equipo grande, aunque pasa por momentos duros económicamente. Aun así, el día a día era de primera: las instalaciones, el trato, todo. También disfruté mucho mi primera etapa en Santa Fe. Fue una bendición. Luego, cuando volví, mi paso fue corto. Pero tanto en Cali como en Santa Fe viví cosas muy buenas. Y acá en Llaneros, siendo el equipo más joven del fútbol colombiano, están en camino a eso. Tienen muchos sueños que están realizando día a día, y eso fue lo que me gustó de venir a este proyecto.
¿Cuánto cree que le queda de fútbol? ¿Ha pensado en la transición?
Me siento muy bien físicamente. Deportivamente, me ha ido muy bien. Aquí en esta ciudad estoy muy a gusto. No pienso todavía en el retiro. Tengo contrato hasta diciembre de 2026 y quiero cumplirlo. Me siento con fuerza, me gusta el fútbol, disfruto el día a día, desde que me levanto hasta que regreso a casa. Y sí, ya he pensado qué quiero hacer después. Hay muchas cosas que me llaman la atención. Ser entrenador no es algo que me atraiga mucho, pero hay otras cosas. Por ejemplo, la construcción. Siempre lo he dicho, es algo que me gusta mucho. Si Dios me da fuerza, quiero empezar proyectos en ese campo.
¿Ha estudiado o piensa estudiar?
Sí, estoy pensando en estudiar. Una vez empecé a estudiar contabilidad, porque me gustan mucho los números, pero tuve que dejarla. Es una carrera que me gusta, al igual que administración. Estoy entre terminar esa carrera o empezar una nueva. Ya dije que en enero empiezo a estudiar.
¿Qué legado le gustaría dejar en el fútbol?
Que me recuerden como un buen trabajador, como una buena persona. Como alguien que desde pequeño hizo las cosas bien. Que entrenó, que fue una persona integral, que representó bien los colores de los equipos donde estuvo, dentro y fuera de la cancha. Esa es la satisfacción más grande que tengo y que quiero dejar: que me recuerden como una persona que siempre entregó lo mejor a sus compañeros, amigos y a todas las personas que trabajaron en los clubes donde estuve. Ese es mi legado: ser recordado como una persona integral, no solo como futbolista.
¿Qué se necesita para ser referente en el fútbol colombiano?
Eso no va en la edad, va en la persona. En lo que uno aporta en el día a día. La gente te toma cariño por lo que haces dentro y fuera de la cancha, por cómo te comportas, por el ejemplo que das a tus compañeros, grandes y pequeños. Son muchas cosas que uno va poniendo en práctica en pro del grupo. Los valores que has aprendido durante toda tu carrera son lo principal. Y cuando haces eso, la gente te mira de otra forma. No se trata solo de tener años, sino de poner en práctica todo lo que has aprendido.









