Jaider Romero, exfutbolista del Junior de Barranquilla, vivió una dura batalla legal tras ser despedido mientras estaba lesionado. Con el apoyo de ACOLFUTPRO, logró el reconocimiento de su relación laboral y la estabilidad laboral reforzada, sentando un precedente clave para los derechos de los futbolistas. Hoy, lejos de las canchas, impulsa su escuela de fútbol, formando jóvenes con valores y resiliencia.
(Artículo publicado en la edición No. 30 de la revista EL FUTBOLISTA)
EL FUTBOLISTA
La edición No. 30 llegó con nuevo diseño y, como siempre, con mucha información de interés para los futbolistas y para el público en general.

La ansiedad brotaba de las tribunas del Metropolitano aquella tarde del sábado 14 de septiembre del 2013. El Junior del ‘Zurdo’ López no andaba bien y venía de dos dolorosas derrotas frente a Santa Fe en Bogotá y ante Nacional en su casa, por lo que necesitaba ganarle al Cúcuta. En la alineación titular del ‘Tiburón’ estaba Jaider Romero, el lateral derecho que luchaba junto a sus compañeros por darle una alegría a los seis mil hinchas que confiaban en que su equipo saldría del bache. Sin embargo, los locales no pudieron pasar del empate y el equipo salió silbado.
Jaider tenía entonces 31 años y disputaba su séptima temporada consecutiva con el Junior, al que llegó en el 2007. El lateral nacido en Valledupar, fue clave para obtener los títulos de liga del 2010 y 2011 y también vivió varios momentos difíciles con el equipo rojiblanco. Sin embargo, ninguno se puede comparar con el padecimiento que comenzó a vivir a partir de ese día. Ese juego contra el Cúcuta, fue el último que disputó como futbolista profesional.
La lesión que marcó su carrera y el apoyo de ACOLFUTPRO
Romero, que era titular indiscutible y durante ese campeonato del segundo semestre del 2013 había jugado ocho partidos completos (solo se perdió uno por acumulación de amarillas), llevaba varias semanas con una molestia a la que, inicialmente le dio manejo, pero que pronto se convirtió en un problema mayor.
“Venía con una carga, terminaba algunos partidos con mucho dolor en la espalda”, relata Jaider, recordando cómo la incomodidad aumentaba progresivamente. El punto culminante ocurrió aquel 14 de septiembre de 2013, durante el partido contra el Cúcuta Deportivo. “En una última pelota, al entregarla, sentí que la pierna se me quedó, era imposible moverla”, confiesa.
Buscando respuestas, Jaider consultó con el médico del equipo, quien le recomendó una semana de descanso. Sin embargo, las molestias persistieron y empeoraron con el tiempo. “No tenía en mi cabeza que esa semanita sería el final de mi carrera”, admite con cierta melancolía.
La lesión diagnosticada fue espondilolistesis, que es el desplazamiento de una vértebra sobre otra en la columna lumbar; en su caso la vértebra L5 se deslizó sobre la S1. Allí estaba la causa de los dolores y de que se afectara la funcionalidad de sus piernas.
A pesar de sus esfuerzos por recuperarse, Romero nunca volvió a competir al nivel que exigía el deporte profesional. El Junior, que inicialmente trató su lesión como un accidente laboral, decidió no contar más con él y el 27 de noviembre le comunicó que no renovaría su contrato. Desde ese momento, Jaider contó con el respaldo total de ACOLFUTPRO, que actuó de manera inmediata para exigir la aplicación de la estabilidad laboral reforzada.

En 2014, Junior redujo unilateralmente sus ingresos en un 40% y volvió a intentar despedirlo al final del año, pero nuevamente ACOLFUTPRO impidió que se consumara el despido. En 2015, Romero intentó volver a los entrenamientos bajo su responsabilidad, pero su lesión recrudeció, imposibilitando cualquier actividad de alto rendimiento.
El club intentó desvincularlo nuevamente en 2016, pero su contrato fue renovado ya que su caso aún no estaba resuelto ante la junta nacional de invalidez. Durante este período, Romero recibió un trato indiferente y asistió a las prácticas sin apoyo alguno. Finalmente, en diciembre de 2017, Junior terminó unilateralmente su contrato, y el 4 de enero del 2018 le negó el ingreso a las instalaciones.
Nota: La estabilidad laboral reforzada es un principio del derecho laboral que protege a ciertos trabajadores para que no sean despedidos injustamente o sin cumplir con requisitos legales específicos. En el caso de un trabajador incapacitado o en tratamiento médico, la estabilidad laboral reforzada implica que el empleador no puede terminar su contrato sin una justificación válida y, en muchos casos, sin la autorización previa del Ministerio de Trabajo. Esto asegura que el empleado tenga un respaldo mientras enfrenta su situación de salud y busca su recuperación.
EL FUTBOLISTA: ¿Qué sintió cuando le dieron la espalda justo en el momento en que más necesitaba apoyo?
JAIDER ROMERO: Ha sido de las partes más difíciles de mi vida porque venía en un proceso de recuperación que no avanzaba. En algún momento dijeron que no me ayudarían más con la recuperación, algo que nunca entendí porque siempre fui buen trabajador, nunca problemas con directivos. Sentí que me dejaron aislado, los médicos y kinesiólogos dejaron de atenderme, no me dejaban entrenar ni entrar a la cancha. En 2018, cuando me presenté a la pretemporada, los porteros me informaron que no podía ingresar. Mi familia y mis amigos me dijeron que demandara, y así comenzó todo. Fue muy duro porque experimenté ansiedad y depresión, y el fútbol terminó para mí de una forma inesperada.
E.F. ACOLFUTPRO siempre estuvo a su lado ¿Cómo recibió ese apoyo?
J.R.: Gracias a Dios, la asociación estuvo muy pendiente desde el comienzo, tomando cartas en el asunto y sentándose conmigo para analizar la situación. Un porcentaje muy alto de poder superar esta etapa fue gracias a ACOLFUTPRO, porque ellos no solo me apoyaron legalmente, sino que también me dieron confianza para tomar decisiones.
Admiro profundamente el esfuerzo de personas como (Gustavo) Quijano, Lucho (Luis García), el doctor (Carlos González) Puche, el doctor Eduardo (Ramírez), que luchan por los derechos de los jugadores. Si todos los futbolistas comprendieran la importancia de esta asociación, las cosas serían diferentes. Gracias a Dios apareció Eduardo Ramírez, que se preocupó por mí, por mi familia, por la persona detrás del futbolista. Independientemente de ganar o perder, decidí confiar en él. Nos sentamos y empezamos a organizar todo el caso, con transparencia y sin inventar nada.
E.F. ¿Qué opina de estas prácticas que tienen algunos clubes de desechar a los futbolistas, de no pensar en la persona y tratarlos como objetos?
J.R.: Se da cuenta uno que para la mayoría de los equipos, que son empresas, sea normal que lo que ya no les está funcionando, busquen cambiarlo. Yo nunca dije que mi carrera en Junior tenía que ser eterna. Lo único que quise fue que me dieran la oportunidad de terminar bien, por lo menos la posibilidad de recuperarme. En el fútbol la materia prima fútbol son personas, no máquinas. El trato debe ser diferente. Cuando hay una lesión o discapacidad, debería haber empatía y apoyo, ayudar al jugador a terminar bien su carrera.

E.F. Los futbolistas están expuestos a una situación similar ¿qué mensaje les da para que sepan qué hacer en esas situaciones y que tienen derechos que se les deben respetar?
J.R. Lo primero es que apoyen a la asociación, que estén agremiados, porque ellos velan por los derechos de los futbolistas. Es importante que sepan que no están solos y que, si enfrentan una situación difícil, pueden contar con el apoyo de la asociación. La unión es clave. Además, les aconsejo que piensen en su futuro, porque el fútbol es solo una parte de la vida. Hay que disfrutarlo mientras se puede, pero también prepararse para lo que viene después. Es fundamental reflexionar sobre cómo van a invertir su tiempo y recursos una vez que termine su carrera futbolística.
E.F. ¿A qué se dedica ahora, Jaider y ya superó todo lo que le sucedió por la lesión?
J.R. Estoy con mi escuela de fútbol, algo que siempre soñé, ayudando a niños a formarse, no solo como futbolistas, sino como personas. Mi objetivo es que, con pasión y esfuerzo, puedan tener éxito en cualquier ámbito, sea en el deporte u otra carrera. En cuanto a la lesión, me ha afectado mucho, especialmente en lo emocional. Han sido momentos difíciles, soltando cargas y cosas que me hicieron daño. Con el apoyo de mi familia, de quienes me quieren, y de Dios, estoy en un proceso de superación, confiando en que todo va a estar mejor.

Vencedores en la batalla legal
El caso de Jaider José Romero contra el Junior pone sobre la mesa temas cruciales como los derechos laborales y la estabilidad laboral reforzada. Con el apoyo de ACOLFUTPRO, Jaider emprendió una batalla legal que duró casi una década, buscando el reconocimiento de la relación laboral que lo vinculó al club entre 2007 y 2017. El caso abordó reclamos por bonificaciones no reconocidas como salario, pagos de auxilios de vivienda e incumplimientos en aportes a la seguridad social.
Antecedentes del Caso
- Relación laboral: Jaider Romero fue futbolista profesional bajo contratos laborales a término fijo con el club Junior desde el 1° de enero de 2007 hasta el 31 de diciembre de 2017. Aunque las bonificaciones y el auxilio de vivienda formaban parte de sus pagos, el club no los reconoció como salario.
- Lesión: En 2013, sufrió una lesión (espondilolistesis L5-S1) que lo incapacitó para continuar su carrera deportiva. A pesar de su condición de discapacidad, no se respetaron los derechos relacionados con la estabilidad laboral reforzada, ni se le practicó un examen médico de egreso.
- Terminación del contrato: El club finalizó su contrato el 31 de diciembre de 2017, decisión que el demandante consideró irregular debido a su situación de salud.
Primera instancia (16 de julio de 2019)
El Juez Octavo Laboral del Circuito de Barranquilla emitió sentencia declarando:
- Reconocimiento de la relación laboral entre el demandante y el Junior, con interrupciones anuales por contratos a término fijo.
- Bonificaciones como salario: Se reconoció que las bonificaciones percibidas constituían salario, incluyendo los ajustes a cesantías y aportes a seguridad social.
- Condenas al club:
- Pago por bonificaciones (2014-2017).
- Pago por reajuste de cesantías.
- Obligación de cálculo actuarial por la AFP Porvenir, ajustando el ingreso base de cotización.
Segunda Instancia (30 de agosto de 2022)
El Tribunal Superior de Barranquilla revisó y modificó parcialmente el fallo:
- Reintegro: Ordenó el reintegro del demandante a su cargo o a un puesto acorde a su condición de salud, con capacitación si era necesario.
- Estabilidad laboral reforzada: Declaró sin efectos jurídicos el despido del 31 de diciembre de 2017 por no respetar los derechos del demandante.
- Indemnización y pagos:
- Indemnización por despido ilegal.
- Pago por auxilio de vivienda (2014-2017).
- Salarios integrales y aportes a seguridad social desde el despido hasta el reintegro.
- Confirmación parcial: Ratificó aspectos del fallo de primera instancia, como el reconocimiento de bonificaciones como salario y el ajuste de cesantías.
Mandamiento de pago
El apoderado del demandante solicitó la ejecución de las condenas, basándose en la sentencia modificada por el Tribunal Superior.
El Juez Octavo Laboral del Circuito de Barranquilla emitió sentencia:
- Obligación de pago: El mandamiento ordenó al Junior pagar una cifra que incluye prestaciones sociales, auxilios, bonificaciones, indemnizaciones, salarios, aportes y costas procesales.